Dietas y Nutrición

¿Qué puedo hacer si tengo hígado graso? Dieta y ejercicio

Ante el aumento de la enfermedad de hígado graso, la pérdida de peso con una dieta adecuada y, ejercicio pueden reducir los síntomas y prevenir las complicaciones

Yolanda Vázquez Mazariego

4 minutos

Qué puedo hacer si tengo hígado graso

El hígado graso no alcohólico es la enfermedad del hígado más frecuente. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) hasta el 20% de la población la sufre. Todo indica que el incremento de la patología se debe a la cada vez mayor prevalencia de la obesidad y diabetes tipo 2.

 

¿Qué es el higado graso?

También conocido como esteatosis hepática, es una condición en la que se acumula una cantidad anormal de grasa en las células de este órgano por dos razones principales:

  1. Hígado graso no alcohólico (HGNA): Sucede en personas que no consumen cantidades excesivas de alcohol. Este tipo está relacionado con la obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, niveles altos de grasas en la sangre y otras condiciones metabólicas. Puede progresar a una inflamación del hígado (esteatohepatitis no alcohólica) y, en algunos casos, a cicatrización y cirrosis.

  2. Hígado graso alcohólico: Ocurre en personas que consumen cantidades significativas de alcohol. El consumo excesivo de alcohol puede llevar a la acumulación de grasa en el hígado. A largo plazo, puede causar inflamación, daño hepático, y eventualmente, cirrosis.

Suele ser asintomático en las etapas iniciales, pero si progresa, pueden presentarse síntomas como fatiga, malestar abdominal, pérdida de peso no intencional, debilidad y molestias en la parte superior derecha del abdomen.

Diagnóstico del hígado graso

 

Generalmente se realiza mediante una combinación de pruebas de laboratorio, como análisis de sangre, pruebas de función hepática y pruebas de imagen, como ecografías o tomografías computarizadas.

Algunos de los métodos comunes utilizados para diagnosticar esta condición:

  1. Historial médico y examen físico: El médico puede hacer preguntas sobre los síntomas, antecedentes familiares, estilo de vida, consumo de alcohol y realizar un examen físico en busca de signos de hígado agrandado o sensibilidad en la zona abdominal.

  2. Análisis de sangre: Los análisis de sangre pueden mostrar niveles anormales de ciertas enzimas hepáticas, como la alanina aminotransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST). Estos niveles pueden estar elevados en personas con esta patología.

  3. Pruebas de función hepática: Se realizan para evaluar la función general del hígado midiendo niveles de bilirrubina, albúmina, tiempo de protrombina y otras sustancias en la sangre.

  4. Pruebas de imagen: Se utilizan técnicas como la ecografía abdominal, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) para detectar la acumulación de grasa en el hígado y para descartar otras afecciones hepáticas. Estas pruebas pueden proporcionar imágenes detalladas  y su tamaño, así como también evaluar la gravedad.

  5. Biopsia hepática (en casos selectos): En algunos casos, se puede realizar una biopsia hepática, que implica tomar una pequeña muestra de tejido hepático para examinarla bajo un microscopio. Esto puede ayudar a determinar la gravedad y si ha progresado a una etapa más avanzada, como la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA).

 

¿Qué puedo hacer si tengo hígado graso?

 

El tratamiento suele incluir cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular para perder peso, limitación del consumo de alcohol (en caso de hígado graso alcohólico) y control de enfermedades subyacentes como la diabetes o la resistencia a la insulina. En casos más avanzados o complicados, se puede requerir la intervención médica para tratar las complicaciones asociadas. Siempre es fundamental buscar orientación médica para el diagnóstico y tratamiento adecuados.

¿Qué dieta se recomienda en hígado graso? 

 

Una alimentación saludable es fundamental para manejar el hígado graso. Aquí hay pautas generales que suelen recomendarse:

  1. Reducción de calorías: Si hay sobrepeso u obesidad, la pérdida de peso gradual (alrededor del 5-10% del peso corporal) puede reducir la acumulación de grasa en este órgano Esto se logra mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular.

  2. Control de carbohidratos: Limitar los carbohidratos refinados, como azúcares agregados y harinas procesadas, puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre y reducir la acumulación de grasa en el hígado. En su lugar, se deben preferir carbohidratos complejos provenientes de granos integrales, frutas y verduras.

  3. Moderación en grasas saturadas y trans: Reducir la ingesta de grasas saturadas y trans, presentes en alimentos fritos, comidas rápidas, margarinas y ciertos aceites vegetales, es beneficioso para la salud hepática. Se deben preferir grasas saludables como las presentes en el aguacate, frutos secos, aceite de oliva y pescados grasos ricos en ácidos grasos omega-3.

  4. Proteínas magras: Optar por fuentes magras de proteínas como pollo sin piel, pavo, pescado, claras de huevo, legumbres y tofu es una buena opción. Las proteínas ayudan a reparar y mantener los tejidos hepáticos.

  5. Aumento de frutas y verduras: Son ricas en antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra, y pueden ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado. Además, la fibra ayuda en la digestión y puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre.

  6. Moderación en el consumo de alcohol: En el caso del tipo alcohólico, se debe evitar el consumo de alcohol por completo o reducirlo significativamente, ya que puede empeorar la condición hepática.

  7. Hidratación: Beber suficiente agua es esencial para la salud general y hepática. El agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y a mantener una función hepática adecuada.

Es importante trabajar con un profesional de la salud o un dietista registrado para desarrollar un plan de alimentación personalizado que se adapte a las necesidades individuales y la gravedad de la condición. Estas pautas pueden ser útiles como una orientación general, pero cada persona puede requerir ajustes específicos en su dieta según sus necesidades y salud en general.

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