Poco a poco vamos cambiando la 'mala' costumbre de tomar cereales refinados o descascarillados, por cereales integrales o enteros.
Tradicionalmente, los cereales se han refinado para que sean más agradables al paladar y alargar su tiempo de conservación, ya que al eliminar la cáscara pierden la fibra y son harinas más suaves, y al quitar el germen rico en grasas no se enrancian y se conservan durante más tiempo. Además el grano refinado era más fácil de digerir y se cocinaba con mayor rapidez.
El problema está en que al eliminar la cáscara se pierde la fibra, necesaria para regular el intestino y prevenir algunos tipos de enfermedades (diabetes, tumores, hipercolesterol, etc.) y si se elimina el germen, con las grasas esenciales vitaminas y minerales naturales.
Ventajas de los cereales integrales
- Ayudan a mantener el peso, son alimentos que proporcionan sensación de plenitud y retrasan la aparición de hambre.
- Aportan energía en forma de hidratos de carbono lentos y apenas contienen grasas, siendo estas sanas.
- Ayudan a regular el colesterol, por su contenido en fibra soluble.
- Evitan el estreñimiento por su alto contenido en fibra insoluble.
- Ayudan a controlar los niveles de glucosa sanguínea por ser alimentos con glúcidos lentos.
- Previenen algunos tipos de tumores como el de colon, mama y pulmón.
- Previenen la aparición de hemorroides y varices, por su riqueza en fibra y flavonoides.
- Recuperan la fatiga y el estrés por su contenido en energía y vitaminas B.
- Previene la aparición de caries porque requieren un proceso de masticación y aumentan el flujo salival.
- Tienen un índice glucémico más bajo y más sabor que los refinados.