En apenas una década se ha convertido en una de las verduras que reinan en nuestros mercados. Se ha multiplicado por diez su consumo en nuestro país hasta el punto que ya se superan los 2 kilos por persona y año de brócoli en España. Tiene múltiples ventajas (una excelente fuente de vitaminas A, C y K y también de hierro, folatos, fibra y calcio)…siempre y cuando el brócoli esté en sus mejores condiciones cuando llega a nuestro plato.
Aquí te contamos lo que debes vigilar si sospechas de que el brócoli puede estar malo.
El primer aviso te va a venir por el color. Si el habitual verde oscuro del brócoli ha cambiado a un tono más amarillento es porque la verdura se ha echado a perder.
Otra pista de que el brócoli "ya no está en sus mejores días" es la presencia de moho . En este caso, por mucho que nos moleste tirar comida, debe ir a la basura. Nunca comerlo.
También te ayuda a ver el estado del brócoli su textura del brócoli.. Si se ha puesto blanco o que tiene una textura viscosa significa que está en proceso de putrefacción, por lo tanto, evita comerlo y tíralo a la basura.
Por supuesto el olor también ayuda en caso de duda. Si huele más fuerte de lo normal o tienen un aroma agrio, mejor no lo comas.
Otra pista es comprobar el estado del tallo. El tronco debe estar firme; si está blando está empezando a ponerse malo.
Un truco: nunca laves el brócoli antes de guardarlo. Si tiene demasiada humedad hay mayor riesgo de la aparición de moho. Y lo ideal es que desde que lo hayas comprado no dedes pasar más de 3 ó 4 días antes de consumirlo, Si ves que no va a ser posible, valora la opción de congelarlo.