Cuando hablamos de alimentación deportiva, no solo importa QUÉ comes, sino CUÁNDO lo comes. La distribución de macronutrientes a lo largo del día puede marcar la diferencia entre un rendimiento óptimo y el agotamiento. Si quieres maximizar tu energía, potenciar la recuperación y mejorar tu composición corporal, aquí te explicamos cómo organizar tus hidratos de carbono, proteínas y grasas en cada comida.
1. Desayuno: energía para empezar el día
El desayuno debe ser un impulso energético, sobre todo si entrenas por la mañana. Aunque sobre este tema hay debate y lo más importante es ver cómo se siente tu cuerpo. Si puedes entrenar en ayunas y desayunar después, o hacer un snack porque sientes que sino no puedes y hacer la ingesta grande después. Recuerda que nada es blanco o negro, en alimentación cada persona es una largaaaa escala de grises.
Lo que sí es ideal, es priorizar los hidratos de carbono de absorción lenta, como la avena, el pan integral o la fruta, para proporcionar energía sostenida.
- Carbohidratos: 40-50% (avena, pan integral, frutas, yogur griego)
- Proteínas: 25-30% (huevos, yogur, queso fresco, batido de proteína)
- Grasas saludables: 20-25% (frutos secos, aguacate, semillas, aceite de oliva)
2. Media mañana: recarga inteligente
Si entrenas más tarde o tienes una jornada exigente, este snack evitará picos de hambre y mantendrá estables tus niveles de energía.
- Carbohidratos: 30-40% (frutas, barritas energéticas, arroz)
- Proteínas: 30-40% (pavo, atún, frutos secos, batido de proteínas)
- Grasas saludables: 20% (almendras, nueces, crema de cacahuete)
3. Comida: potencia y recuperación
El almuerzo debe ser equilibrado y completo, especialmente si has entrenado por la mañana o lo harás por la tarde.
- Carbohidratos: 40-50% (arroz integral, quinoa, legumbres, patata)
- Proteínas: 30-35% (pollo, pescado, carne magra, tofu)
- Grasas saludables: 15-25% (aguacate, aceite de oliva, frutos secos)
4. Merienda Pre-Entrenamiento: energía rápida
Para optimizar el rendimiento en el entrenamiento, necesitas combustible fácilmente disponible.
- Carbohidratos rápidos: 50-60% (plátano, miel, pan integral, avena)
- Proteínas ligeras: 20-30% (batido de proteína, yogur, claras de huevo)
- Grasas: 10-20% (evita el exceso para una digestón rápida)
5. Cena: reparación y descanso
Para mejorar la recuperación muscular y favorecer el sueño, lo mejor es apostar por proteínas y grasas saludables, reduciendo los hidratos si no has entrenado tarde.
Además asegúrate de cenar más bien temprano, unas 2 horas antes de acostarte.
- Proteínas: 40-50% (pescado, pollo, huevo, requesón)
- Grasas saludables: 30-40% (aceite de oliva, frutos secos, aguacate)
- Carbohidratos: 20-30% (si entrenaste de noche, incluye batata, quinoa o verduras almidonadas)
La clave para una alimentación deportiva efectiva es el equilibrio y la distribución estratégica de los macronutrientes. Ajusta tu ingesta en función de tu horario de entrenamiento y objetivos, asegurando que tu cuerpo tenga la energía y los nutrientes necesarios en el momento adecuado.
¡Optimiza tu dieta y lleva tu rendimiento al siguiente nivel!