Parece que entrenar en ayunas funciona en algunos deportes y con determinadas personas, especialmente si tienen sobrepeso y obesidad, pero no funciona en personas con peso normal o atletas profesionales, quizá porque no tienen suficiente grasa de reserva disponible para quemar y necesitan la energía del desayuno para entrenar bien y no arrastrarse por los suelos muertos de hambre a primera hora de la mañana.
Un estudio realizado en la Universidad de Bath y publicado en la revista ‘Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’ en octubre de 2019, ha vuelto a encontrar beneficios, a la hora de hacer algún tipo de ejercicio antes de desayunar, en un grupo de 30 hombres con sobrepeso y obesidad, que entrenaron en ayunas durante 6 semanas, y consiguieron quemar más grasa y mejorar la respuesta de los tejidos a la insulina, lo que conlleva una mejora de la salud porque reduce el riesgo de diabetes tipo 2 y de enfermedad cardiovascular.
En el estudio no hubo diferencias en la pérdida de peso entre el grupo que entreno en ayunas y el grupo control, ambos grupos perdieron una cantidad similar de peso y mejoraron su condición física, lo que mejoró es la capacidad de los músculos de responder a la insulina que produjo un aumento de la utilización de las grasas como fuente de combustible, quemando el doble de grasa que el grupo que hizo ejercicio después del desayuno.
Fuente: DOI: 10.1210/clinem/dgz104