Noticias

La nueva evolución de los cañoneros del tenis

Jugadores capaces de realizar un segundo servicio a 240 km/h pueden cambiar la forma de los partidos de tenis

Gerardo Centeno García-Rodrigo

1 minuto

La nueva evolución de los cañoneros del tenis queda clara con Giovanni Mpetshi (Imagen de @naqime_ )

La forma de afrontar la preparación de un deporte como el tenis vuelve a dar un giro tras la constatación de los nuevos cañoneros que están irrumpiendo en el panorama mundial. En décadas pasadas surgieron expertos en el saque que modificaron el juego, obligando a mejorar el resto de unos primeros servicios que volaban a gran velocidad. Nombres como Andy Roddick Goran Ivanisev, Greg Rusedski o Roger Federer serán recordados por sus temibles saques, logrando medias de 10 u 11 puntos directos por encuentro. Aun así, las figuras de circuito entrenaron para responder los primeros servicios, cuyo porcentaje de acierto no era guarismo suficiente para decantar el partido. Pero ¿qué sucedería si una nueva especie de sacador consiguiera pulir de tal forma el servicio que éste se convirtiera en dos oportunidades idénticas de conseguir punto directo? Una nueva forma de juego que diera doble opción a quien tuviera el saque de enviar una bola a velocidad imposible de restar. No habría un segundo saque conservador, sino una nueva pelota extra para conseguir el ace.

Pues bien, el momento parece que ha llegado. El francés Giovanni Mpetshi Perricard acaba de mostrar en Basilea lo que supone jugar con dos idénticas oportunidades de servicio a favor. La pelota sale disparada de la raqueta del jugador de Lyon a 240 km por hora en el primer servicio, al igual que en el segundo. Sus 208 centímetros y sus 98 kg de peso forman una combinación de ángulo y potencia que hacen del saque algo casi imposible de devolver. Si no entra a la primera, lo hará a la segunda. Y si se falla, vuelven las oportunidades, es cuestión de simple estadística. Fisionomías antaño más propias de otras especialidades deportivas irrumpen en el deporte de la raqueta con la intención de cambiarlo. Tildarlo de mayor o menor vistosidad será cosa de los espectadores, pero resulta innegable que ganando todos los servicios es cuestión de paciencia hacerse con el partido, sea por un inesperado break o en el correspondiente desempate. La media de la decena de aces por encuentro queda obsoleta con las estadísticas que nos presenta el galo. ¿Serán capaces los demás tenistas de evolucionar su resto al mismo nivel? Nuevos tiempos esperan en las pistas rápidas.