Se cumplen 10 años de tu accidente, desde que empezó tu nueva vida. ¿Qué recuerdos tienes de aquel día después de tanto tiempo?
Tengo muchos recuerdos de aquel día. Me acuerdo perfectamente de todo lo que pasó. Fue un día como otro cualquier de mi vida anterior. Un domingo cualquiera… Una compañera del club y yo decidimos ir a pasar el día haciendo una cicloturista en la Sierra de Madrid. En la bajada de Morcuero, en una de las curvas de Herradura, se me fue la bici porque estaba lloviznando, con la mala suerte de que choqué contra el quitamiedos y, en lugar de rebotar hacia la carretera, volé por encima, y había un barranco de 7 metros. Me partí la espalda, con la consiguiente lesión medular. Caí bocabajo, con la fortuna de que llevaba el teléfono móvil, porque habíamos quedado en ir llamándonos si alguna iba más rápido que la otra. Llamé por teléfono a un amigo que es policía muy asustada. En ese momento yo ya no notaba las piernas. Algo dentro de mí me decía lo que me había ocurrido. Le dije que no podía moverme y que nadie me había visto caer, por lo tanto nadie me iba a poder encontrar. Él me dijo que le mandara la ubicación para llamar a urgencias y que no dejara de gritar. Yo empecé a gritar y gritar. Y un chico de la organización que iba en moto dice que me oyó. Y ya bajó… Y a partir de ahí lo recuerdo todo como muy rápido…
Llegó el SAMUR a por mí. Me llevaron en helicóptero al 12 de Octubre. Y me hicieron las primeras pruebas. Yo decía: “No voy a volver a andar, no voy a volver a andar…” Y me decían: “Espera, a lo mejor es el golpe”. Pero cuando me hicieron las pruebas me confirmaron que la lesión que me había hecho era irreversible porque me había seccionado la médula. Ése fue el momento más difícil, sobre todo cuando se lo dicen a tu familia. Para mí fue lo más difícil: ver a mis padres y decírselo. Lo que me salió fue pedirles perdón. Y ahora que soy madre lo entiendo mucho mejor. Porque yo sé lo que estoy sintiendo, pero ellos casi que lo han pasado peor que yo.
-Y ahí empieza una nueva vida. Supongo que empiezas a valorar las cosas de otra manera…
En el primer momento todo se te viene encima. Además, está el concepto que todavía tenemos en este país de la discapacidad: a mí, cuando me dijeron que me quedaba en una silla de ruedas, pensaba que había perdido mi independencia, que iba a necesitar siempre que alguien se encargara de mí, lo que nos venden en la televisión, sinceramente… que quién me iba a querer a mí, que mi vida se había acabado por completo…Pero poco a poco te vas dando cuenta de que no… A día de hoy, con todo lo que he vivido en estos diez años, tengo una vida plena, feliz, y no volvería a diez años atrás por nada del mundo. Pero en ese momento es verdad que el golpe es muy duro.
Podeis escuchar y ver la entrevista completa que realizamos a Eva Moral en el nuevo vídeo que hemos subido al canal de You Tube de Sport Life. ¡No ovides suscribirte para no perderte los próximos estrenos!