ay gente que se aferra a los principios con una tenacidad envidiable. No duda. No sucumbe a los vaivenes de la moda. No le ve problemas a nadar contra corriente. Es más, están cómodos, lo disfrutan. Los miembros de la Agrupación Deportiva San Lorenzo son parte de esa tropa. Saben que lo que se lleva son los recorridos planos o en descenso, escenarios propicios a los cronos fascinantes, la renovación habitual de estatus en Strava. Y ellos proponen justo lo contrario. Sirven en bandeja la imposibilidad de actualizar tu personal best y a cambio exigen a tus piernas el doble de sufrimiento. Entonces, ¿por qué triunfan? Por ese aroma a aldea gala empeñándose en repartir mamporros a todo hijo de romano.
La prueba que organizan el próximo 16 de junio (9:30 h) va para 21 ediciones. Se llama Medio Maratón de San Lorenzo de El Escorial (Memorial Francisco Fernández Samaniego) y hay consenso entre los acólitos de los domingos con dorsal en considerarla la prueba de asfalto más dura de la Comunidad de Madrid. Una tortura lo mires por donde lo mires. No vas a coger el ritmo. Al día siguiente las agujetas están garantizadas. Puede que pases calor. Ni siquiera completarás 21,195 kilómetros porque, puestos a no batir el récord del mundo, para qué andarse con homologaciones y zarandajas. Mide por ahí, aproximado, que se decía antes de la tiranía del GPS. Pero te lo vas a pasar muy bien, porque esta peña es world record en hospitalidad, la razón de que cada curso vuelen las 500 plazas que ofertan. El reto es el siguiente: sales a 950 metros y llegas a los 1300. Hablamos de altitud, no de longitud, como bien habrás entendido. El dolor de cuádriceps no te lo quita nadie, las vistas espectaculares tampoco.
Te resumimos el circuito. Hasta el kilómetro uno hay una cuesta benévola, un aperitivito; luego todo llano hasta el tres, para que te confíes y pienses “estos plumillas siempre exagerando, la verdad es que no es para tanto” antes de ser consciente de que durante los siguientes 4000 metros no vas a volver a estar nivelado con el suelo. Con las ‘patas’ hinchadas te plantas en el primer tercio de la prueba, kilómetro siete, y te dan una tregua de dos planos hasta llegar al nueve, cuando creerás que se obra el milagro: ¡Una bajada! Además larga, de unos dos kilómetros y medio. Para relajarse. Destensar. Coger resuello. Apaciguar cuerpo y mente… hasta que divisas una curva a derechas y empieza el mambo; un paraíso repechos. De la montaña rusa ya no te apeas hasta meta. Subes y bajas, pero de llanear olvídate. A cambio pasas por el monasterio de San Lorenzo de El Escorial y las animosas calles del pueblo, donde encuentras la energía necesaria para acometer los metros finales que te conducen al arco de meta (Polideportivo El Zaburdón, mismo punto que la salida), la turgente bolsa del corredor, el bendito avituallamiento y la ducha revitalizadora.
Por supuesto, hay que apoquinar. ¿Desde cuándo sufrir es gratis? La movida sale por 20 €, de los cuales uno es para la ONG Agua de Coco. 17 € para los empadronados en la localidad (que aportan la misma cuota solidaria, faltaría más). Puedes apuntarte online (deporticket.com, forevent.es y agrupaciondeportivasanlorenzo.com) o de manera presencial en Persianas Torres (calle Duque de Alba, 3, San Lorenzo de El Escorial; de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00, sábados de 10:00 a 14:00). Lo único que tienes que saber si quieres correr es que la decisión has de tomarla antes del 12 de junio, cuando finaliza el periodo de inscripción.