¿Quieres poner a prueba tu velocidad? Prueba con estos ejercicios y asume que en algún momento te vas a mojar los pies. El agua, aunque sea líquida puede hacer de apoyo, como pasa cuando tiras una piedra plana muy rápido y paralela a la superficie, que puede rebotar varias veces, pero solo si eres lo suficientemente rápido. Aquí van varios ejercicios que te llevarán al límite:
Ponte al borde de un escalón en un estanque o en una piscina y, sin tirarte hacia atrás, porque irías directo al fondo, salta ligeramente hacia arriba a la vez que bajas y subes las piernas muy rápido, con apenas un toque sobre la superficie del agua. ¡Prueba y nos dices si lo consigues!
Pon dos palanganas y sobre cada una de ellas un cubo con agua, ¿podrás dar dos zancadas y pasar por encima sin hundir los pies?
El último es aún más complicado: un pequeño escalón, una palangana llena de agua y una altura superior a la de la palangana detrás. Salta para apoyar los dos pies sobre al agua, apenas una centésima de segundo de apoyo rapidísimo, y supera el escalón. Cuidado porque corres el riesgo no solo de empaparte los pies sino de darte un tortazo contra el escalón