Estudios recientes parecen indicar que tomar una sauna después de entrenar podría mejorar el rendimiento deportivo en resistencia aeróbica por adaptaciones en la expansión del volumen plasmático, que a su vez es una de las adaptaciones más significativa de los deportistas de resistencia aeróbica y que se refleja con hematocritos bajos cercanos a 40.
El aumento del volumen plasmático permite mejorar el rendimiento cardiaco (menor viscosidad de la sangre), y con ello probablemente el VO2max, al tiempo que permite una reserva adicional de agua para los procesos de termorregulación por la sudoración.
La exposición a la sauna consistió en 30 min (87ºC, 11% humedad relativa) realizándose durante 10 días después del entrenamiento. Los resultados mostraron un aumento significativo del volumen plasmático ( 17,8%) después de 4 sesiones de sauna.
Hay que advertir que al tomar una sauna debemos hidratarnos adecuadamente para obtener todos sus beneficios. Sin una adecuada reposición de líquidos, la recuperación y sus beneficios estarían limitados. Hidrátate antes y después.