Está claro que el running no es como el baloncesto pero los brazos juegan un papel más importante del que piensas muchos corredores populares. Te ayudan a impulsar tu cuerpo hacia delante y por supuesto a equilibrarlo (algo todavía más importante si practicas trail running).
¿Cuáles son las claves a la hora de conseguir el braceo más efectivo cuando corremos? Vamos con ellas.
- Debemos prestar atención a que nuestros codos formen un ángulo de 90º, con los brazos ligeramente separados del tronco y las manos semiflexionadas. Busca siempre una posición con la que estés cómodo e inicia el braceo desde ella.
- Hay que sincronizar nuestra zancada y el braceo Si el ritmo de carrera aumenta los brazos acompañan ese ritmo, manteniendo el recorrido pero con una cadencia mayor.
- Lo ideal es que los brazos se muevan desde los hombros, de forma paralela a nuestro eje, mientras el tronco permanece lo más rígido posible, sin oscilaciones que nos harían perder energía.
- No corras apretando los puños. ¡Relaja tus manos! Llevalas entreabiertas como si fueras sujetando un pajarito que no quieres que se escape pero al que tampoco quieres hacer daño. Un detalle a vigilar: los pulgares hacia arriba.
- Para saber la amplitud del movimiento básico de los brazos lo mejor es tomar como referencia tu cadera. El recorrido entre codo y mano se alternan a la altura de la cadera del corredor en una cadencia acompasada al ritmo de carrera.
CHEMA MARTINEZ TE CUENTA AL DETALLE CÓMO MEJORAR TU POSICIÓN AL CORRER
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