Una de las claves de tu progresión en la piscina es desarrollar una técnica efectiva que puedas mantener durante todo lo que dure tu prueba de natación. Es especialmente importante conseguir una impulsión eficiente y potente que se adapte a tus características. Te vamos a dar una práctica que puedes hacer que te ayudará a acercarte a lograr tu brazada ideal.
En una distancia dada, entre 200 y 400 metros, registra las brazadas que das y el tiempo que tardas nadando a tu ritmo natural, de forma cómoda. Con esa referencia, busca cubrir la misma distancia con menos brazadas, alargando el movimiento, y mira el tiempo que resulta, si te notas más o menos cargado y si te cuesta más o menos recuperarte.
A base de pruebas y anotaciones tienes que llegar a tu cadencia ideal de brazada, con lo que ahorrarás energía logrando además avanzar más distancia. No te compares con los demás; la envergadura, la técnica, la composición corporal…todo influye en la brazada.