Posturas

Sirsasana, una postura de yoga para brazos, abdominales... ¡Y cerebro!

Se llama sirsasana o postura de yoga sobre la cabeza y tiene múltiples beneficios, tanto para tus brazos, hombros, zona dorsal y abdominal, pero también sirve para "oxigenar" el cerebro

Por Pilar de Gonzalo, profesora de Yoga (www.yoweyoga.com) / Fotos: Luca Martidany

2 minutos

Conocida como postura "sobre la cabeza", Sirsasana es considerada "el rey" de las asanas en yoga por los beneficios que aporta:

  • Fortalece brazos, hombros y zona dorsal. La presión de estos contra el suelo, libera y estira los músculos del cuello.
  • Tonifica la zona abdominal, pues para mantener la verticalidad de la postura hay que activar el core, aportándole una gran tonicidad y aliviando la presión en zona lumbar y sacra.
  • Estira de toda la parte posterior del cuerpo.
  • Oxigena el cerebro.Al invertir el cuerpo recibe una gran irrigación y oxigenación sanguínea rejuveneciendo las células.
  • Calma y ralentiza el ritmo cardiaco tras el entrenamiento. El corazón no necesita realizar apenas esfuerzo, es una postura que se recomienda tras el esfuerzo para calmar cuerpo y mente.

Sirsasana es una postura invertida que requiere una buena técnica. El error de las personas deportistas suele ser debido a que la intentan hacer con la fuerza de sus músculos en vez de jugar con el equilibrio.

Aquí tienes la explicación para hacer correctamente la postura Sirsasana o pino de yoga en 5 pasos:

1/ De rodillas, agarra los brazos por los codos, colócalos sobre el suelo en línea con los hombros y estíralos hacia delante juntando los dedos entre sí en forma de cuenco.< 2/ Apoya la parte alta de la cabeza en el suelo ente las manos, y presiona los antebrazos hacia el suelo, alejando los hombros de las orejas. Es importante que el cuello se estire por detrás. 3/ Levanta las rodillas del suelo y estira las piernas, como en la postura del perro boca abajo. Comienza a caminar de puntillas llevando los pies hacia la cara, hasta que la espalda quede en el eje vertical.

4/ Activa la zona abdominal, presiona los antebrazos contra el suelo y ve elevando las rodillas. Primero hacia el techo dejando que los pies cuelguen hacia las nalgas, y poco a poco, comienza a estirar las piernas hasta la vertical. ¡Enhorabuena, estás en sirsasana! 5/ Deshaz la postura lentamente. Manteniendo la acción en el core y glúteos, baja las piernas hacia el pecho, de ahí lentamente primero una y luego la otra al suelo, separa bastante las rodillas y lleva la frente hacia el suelo, coloca los brazos a los lados de las piernas y la gravedad se encargará del resto.

Recupérate unos minutos en balasana.

 

Relacionados