La astenia primaveral es un término utilizado para describir un conjunto de síntomas que algunas personas experimentan durante el paso de invierno a primavera. Se caracteriza por una sensación generalizada de fatiga, debilidad, falta de energía y cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o apatía. Aunque no se considera una enfermedad como tal, la astenia primaveral puede afectar negativamente la calidad de vida y el rendimiento diario de quienes la experimentan.
Los síntomas de la astenia primaveral pueden variar de una persona a otra y pueden incluir dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, dolores de cabeza, irritabilidad, tristeza, ansiedad y falta de motivación.
Se cree que esta condición está relacionada con los cambios estacionales en la luz solar, los patrones de sueño y otros factores ambientales que pueden afectar el equilibrio hormonal y neurotransmisor en el cuerpo.
Para aliviar los síntomas de la astenia primaveral, puedes probar algunas de las siguientes estrategias:
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Mantén una alimentación equilibrada: Consume una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos. Esto proporcionará los nutrientes necesarios para mantener niveles de energía estables y mejorar el estado de ánimo.
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Haz ejercicio regularmente: La actividad física regular puede ayudar a aumentar los niveles de energía, reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Intenta incorporar al menos 30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana.
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Duerme lo suficiente: Asegúrate de dormir entre 7 y 9 horas cada noche para descansar adecuadamente. Mantén una rutina de sueño regular y crea un ambiente propicio para dormir en tu dormitorio.
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Gestiona el estrés: Practica técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga, la respiración profunda o la visualización para reducir los niveles de estrés y mejorar la sensación de bienestar.
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Aprovecha la luz natural: Pasa tiempo al aire libre durante el día para exponerte a la luz natural del sol. Esto puede ayudar a regular los ritmos circadianos y mejorar el estado de ánimo y los niveles de energía.
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Limita el consumo de cafeína y alcohol: El exceso de cafeína y alcohol puede interferir con el sueño y empeorar los síntomas de la astenia primaveral. Limita su consumo y opta por alternativas más saludables como el agua o las infusiones de hierbas.
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Considera la suplementación: Habla con un profesional de la salud sobre la posibilidad de tomar suplementos de vitaminas y minerales, como vitamina D, vitamina B12, hierro o magnesio, que pueden ayudar a combatir la fatiga y mejorar los niveles de energía.
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Consulta a un profesional de la salud: Si los síntomas de la astenia primaveral son graves o persistentes, considera hablar con un médico o un profesional de la salud mental. Ellos pueden proporcionarte orientación adicional y recomendar opciones de tratamiento adecuadas para tu situación específica.
Existen algunos remedios naturales que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la astenia primaveral. Aquí tienes algunos de ellos:
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Rhodiola rosea: Esta hierba adaptógena se ha utilizado tradicionalmente para aumentar la resistencia al estrés y mejorar los niveles de energía. Puedes encontrarla en forma de suplemento.
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Ginseng: Otra hierba adaptógena que puede ayudar a aumentar la energía y mejorar la resistencia física y mental. El ginseng está disponible en forma de suplemento.
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Té verde: El té verde contiene antioxidantes y una pequeña cantidad de cafeína que pueden ayudar a mejorar los niveles de energía y el estado de alerta.
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Ashwagandha: Esta hierba adaptógena se utiliza en la medicina ayurvédica para ayudar a combatir el estrés y aumentar la energía y la resistencia física.
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Jalea real, polen y propóleo: son complementos obtenidos de las abejas que ayudan a mantener las defensas y los niveles de energía física y mental .
En el caso de España, el 40% de los españoles experimenta síntomas de astenia con la llegada de la primavera (1). Con una sensación subjetiva de cansancio, tanto físico como intelectual (2),
Los síntomas están correlacionados con el aumento de las temperaturas y la exposición a la luz solar. El reloj biológico ha de adaptarse a la nueva climatología y ello nos resta energía.
El doctor Jacinto Valverde, internista y divulgador, asegura que engloba «desde una sensación inexplicable de tristeza hasta algo tan inespecífico como unas “pocas ganas de hacer nada”». No obstante, los signos y síntomas más frecuentes suelen ser la fatiga (especialmente por la mañana), debilidad general y mareos, entre otros (2).
Este trastorno suele manifestarse sobre todo en mujeres, aunque se calcula que un 2% de la población puede padecerla en alguna etapa de su vida, especialmente entre los 20 y 50 años2. Además, su incidencia ha crecido en los últimos años y los expertos señalan a que puede deberse al actual estilo de vida donde el estrés, la ansiedad o la sobrecarga laboral provocan un estado anímico bajo, disminuyendo la capacidad adaptativa del organismo ante cualquier tipo de cambio (2).
Frente a este cambio de estación y temperaturas, los especialistas recuerdan la importancia de mantener unos buenos hábitos alimentarios y de sueño para evitar un mayor impacto. También, incorporar complementos alimenticios con formulaciones a base de jalea real, polen de abeja o propóleo que aportan un extra de energía.
Referencias:
- Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) https://www.semg.es/index.php/component/k2/item/503-existe-la-astenia-primaveral
- Astenia primaveral. Elsevier. Ramón Bonet, Antonieta Garrote. https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-astenia-primaveral-X0213932415346382