Se ha puesto de moda recomendar tomar vinagre de manzana en ayunas. Se habla de numerosos beneficios para la salud como mejorar la circulación sanguínea, ayuda a la limpieza de los riñones gracias a sus propiedades diuréticas e incluso se dice que ayuda a adelgazar ya que tendría el efecto de acelerar nuestro metabolismo y así aumenta la quema de grasas acumuladas en nuestro cuerpo. ¿Cómo lo toman? Calientan agua mineral en una taza, la dejan reposar hasta que está templada y entonces añaden una cucharada del vinagre de manzana junto a otra de miel.
Sin embargo, ninguno de estos efectos ha sido probado científicamente. En cambio, la práctica habitual de tomar vinagre en ayunas provoca que se acidifique nuestro pH, algo que puede traducirse en problemas gastrointestinales como gastritis, reflujo, diarreas o incluso crearnos una pequeña úlcera. Igualmente puede tener consecuencias para nuestra salud mental debido que al ser un alimento ácido daña el esmalte de nuestros dientes. Especialmente delicado para los diabéticos ya que la riqueza en cromo del vinagre de manzana puede alterar los niveles de glucosa en sangre.
