Nuestro equipo de SPORT LIFE trabaja para manteneros en forma e informados y ahora, con la caída de los ingresos por publicidad, necesitamos más que nunca vuestro apoyo. Hazte Prémium pinchando en este enlace, desde solo 1 € al mes (1º mes gratis) y estarás haciendo posible que sigamos elaborando estos contenidos, a la vez que disfrutas de artículos exclusivos, navegación sin anuncios y contenidos extra solo para suscriptores.
Ya que a ninguno nos agrada llevar puesta, durante muchas horas al día, una mascarilla, al menos debemos intentar que esté correctamente instalada en nuestra cara, o de lo contrario no cumplirá su cometido.
La única misión de una mascarilla es la de evitar que el aire que entra o sale de nuestras vías respiratorias no pase a través de un filtro, con una doble misión: filtrar las partículas de saliva que pudieran contener patógenos y reducir la velocidad de entrada y salida del aire para que virus y bacterias no floten con facilidad en el ambiente.
Recordemos el protocolo básico para colocarnos una mascarilla:
- Asegurarnos de tener limpias las manos antes de tocar la mascarilla.
- Cogerla siempre por las gomas elásticas.
- Colocarla sobre las orejas y ajustarla bajo la barbilla y sobre la nariz, evitando, en la medida de lo posible, tocar el cuerpo filtrante.
- Encajarla en el puente de la nariz, ayudándonos por el fleje metálico que pueden tener algunos modelos.
- Cerciorarnos que se ajusta en las mejillas y no deja salir aire.
- Volvernos a lavar las manos al terminar esta operación.
- Al retirar la mascarilla repetir la maniobra de manera inversa.
- Si nos la vamos a volver a poner seguir el protocolo de almacenamiento.