Practicar deporte es una disciplina muy saludable tanto a nivel físico como mental. A través de ello, conseguimos liberar el estrés, reforzar nuestra musculatura y, con ello, conseguimos vernos y sentirnos mejor. Gimnasio, yoga, fútbol, baloncesto o tenis son algunas de las prácticas deportivas que podemos llevar a cabo. Para ello, el entrenamiento es fundamental, pero debemos tener en cuenta material de fisioterapia por si surgen algunas lesiones deportivas. En ciertos casos, pueden afectar a nuestro día a día y, en los peores casos, ser incapacitantes. En este artículo abordamos diferentes estrategias para el tratamiento de este tipo de lesiones.
¿Cuáles son las lesiones deportivas más comunes?
El deporte es esencial si queremos gozar de una vida saludable. Siempre que lo practiquemos, es fundamental que se lleve a cabo bajo la orientación y la supervisión de profesionales en el ámbito que conozcan las disciplinas y cómo llevarlas a cabo. De este modo, evitaremos que surjan diferentes lesiones que podrían perjudicarnos no solo en el deporte, sino también en nuestro día a día.
La tendinitis es una de las lesiones más habituales. En este caso, se basa en una inflamación del tendón y se produce por la repetición de un movimiento durante un período de tiempo. Suele ocurrir para ejercicios con pesas, tenis o golf, por lo que si las practicamos deberemos llevar cuidado.
Otra habitual es la distensión muscular. Es la rotura de fibras musculares por un estiramiento del músculo. Se produce generalmente en la zona de los cuádriceps o los isquiotibiales al correr rápido o practicar deportes como el basket o el fútbol.
También podemos sufrir esguinces mientras hacemos estiramientos o por un mal apoyo al correr. Son torceduras de las articulaciones que pueden desembocar en rotura de ligamentos o fibras musculares. Lo más frecuente es que se desarrollen en tobillos, pies y muñecas.
¿Qué estrategias existen para el tratamiento de este tipo de lesiones?
Afortunadamente, existen ciertos avances que permiten abordar este tipo de lesiones de manera eficaz. Encontramos diversas opciones que podemos utilizar para que el dolor que no se agrave. Entre ellas, hallamos por ejemplo la termoterapia y la crioterapia. Las lámparas de infrarrojos o las compresas de frío y calor son muy beneficiosas de cara a estas lesiones.
Por otro lado, hallamos los electroestimuladores, máquinas de presoterapia o de ultrasonidos. En estos casos, se utiliza la electricidad como técnica para dolores intensos o inflamación en el área de los músculos. Por último, también podemos encontrar poleas, soportes para relajación muscular o equipo de tratamiento para la rodilla y la cadera. Estos ejemplos son perfectos para la realización de la rehabilitación siempre que se haya sufrido lesión en estas zonas.
Como observamos, un amplio abanico de posibilidades para contrarrestar el dolor producido por los estiramientos. Insistimos en que la mejor forma de evitarlos es gracias a la prevención, por lo que siempre es recomendable practicar deporte con la ayuda y el asesoramiento de expertos en el ámbito para evitar movimientos bruscos que nos puedan perjudicar. De este modo, observaremos cómo el deporte continúa siendo una práctica saludable e indolora.