Vida Sana

Demostrado, mejor un jacuzzi que una sauna para tu salud

Un estudio encuentra que los jacuzzis superan a las saunas a la hora de aumentar el flujo sanguíneo y la respuesta inmunológica. Te contamos por qué.

Yolanda Vázquez Mazariego

4 minutos

Las ventajas de los jacuzzis sobre las saunas

¿Qué es mejora para tu salud, un jacuzzi o una sauna?

 

La termoterapia es un conjunto de terapias ancestrales que se basan en utilizar los beneficios del calor para la salud, al someter al cuerpo a altas temperaturas en condiciones especiales, desde sauna, baño turco, sesiones de infrarrojos o los populares jacuzzis de un spa o baño.

Los jacuzzis superan a las saunas al aumentar el flujo sanguíneo y el poder inmunológico.

Un estudio de la Universidad de Oregón (UO), demostró que la inmersión en agua caliente ayudó a reducir la presión arterial y estimular el sistema inmunológico.

Los jacuzzis no solo son una experiencia agradable, sino que incluso pueden superar a las saunas en cuanto a beneficios para la salud.

Este estudio reveló que sumergirse en agua caliente eleva la temperatura corporal central más que las saunas secas o infrarrojas, lo que fortalece las respuestas cardíaca, vascular e inmunitaria.

Los jacuzzis superan a las saunas en cuanto a mejorar la temperatura corporal, la circulación y la respuesta inmunitaria, lo que los convierte en una potente herramienta de bienestar, especialmente para quienes evitan hacer ejercicio.

 

Los jacuzzis y las saunas pueden aliviar los músculos doloridos y proporcionar un calor agradable, pero los jacuzzis pueden ofrecer mayores beneficios para la salud.

 

Esa es la conclusión de un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Ciencias del Deporte Bowerman de la Universidad de Oregon, que comparó los efectos fisiológicos de 3  tratamientos de termoterapia: sumergirse en un jacuzzi, sentarse en una sauna de calor seco tradicional o en una sauna de infrarrojo lejano más moderna.

 

Se sabe que al elevar la temperatura corporal central, sumergirse en agua caliente puede ayudar a reducir la presión arterial, estimular el sistema inmunitario y, con el tiempo, mejorar la respuesta del cuerpo al estrés térmico. Además, estos efectos pueden durar más allá de los minutos dedicados directamente al tratamiento térmico.

 

"Comparamos las modalidades de calentamiento pasivo más utilizadas en la vida cotidiana y estudiadas en la investigación científica", comentó Jessica Atencio, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en el laboratorio de Christopher Minson. "Ningún estudio ha comparado las respuestas agudas entre las tres".

 

Los investigadores monitorearon la temperatura corporal, la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco (la cantidad de sangre que el corazón bombea por minuto), así como las poblaciones de células inmunitarias y los biomarcadores sanguíneos de inflamación. Los datos se recopilaron antes, durante y después de que los sujetos se sumergieran en un jacuzzi y se sentaran en saunas tradicionales de calor seco e infrarrojo lejano.

 

El estudio analizó a 10 hombres y 10 mujeres que hacían ejercicio regularmente, con edades comprendidas entre los 20 y los 28 años. El objetivo era aislar las respuestas fisiológicas a cada método de calentamiento en una población joven y sana.

 

"Observamos que la inmersión en agua caliente fue la que tuvo mayor impacto en el aumento de la temperatura corporal central, que es el principal estímulo para estas respuestas posteriores", afirmó Atencio. "El aumento de la temperatura corporal provoca un aumento del flujo sanguíneo, y la simple fuerza de la sangre al circular por los vasos sanguíneos es beneficiosa para la salud vascular".

 

Aunque el equipo de investigación tomó muestras de sangre de los sujetos después de cada tipo de terapia de calor, solo la inmersión en agua caliente produjo una respuesta inflamatoria, medida por los niveles de citocinas inflamatorias, un tipo de molécula de señalización inmune, y poblaciones de células inmunes.

Conclusiones

Este estudio indica que una sola sesión de inmersión en agua caliente produce el mayor estrés fisiológico en comparación con las saunas tradicionales y de infrarrojo lejano, debido al singular desafío ambiental que supone la inmersión corporal total.

El gran aumento de la temperatura central provocado por la inmersión en agua caliente provoca tensión cardiovascular y alteraciones inmunológicas, lo que puede generar adaptaciones beneficiosas para la salud con exposiciones repetidas.

Todas las respuestas fisiológicas fueron mucho menos “robustas” con las saunas tradicionales y de infrarrojo lejano de una unidad de sauna comercial.

 

"La inmersión en agua caliente produce cambios más marcados en la temperatura corporal central, ya que no se puede disipar el calor eficazmente como ocurre en contacto con el aire y sudando para enfriar el cuerpo", explicó. "Cuando se está sumergido en agua, los mecanismos de sudoración no son eficientes".

 

Minson ha estudiado las terapias de calor durante más de 2 décadas. Se ha centrado en cómo el calor interactúa con factores como la edad, el ejercicio y las enfermedades en hombres y mujeres. "No me cabe duda de que, si las personas están dispuestas a someterse a terapia de calor, esto se traducirá en una mejor salud, siempre que se haga con moderación", afirmó Minson. "Si se repiten estas tensiones a lo largo del tiempo, nuestro laboratorio y muchos otros han demostrado que son consistentes con una mejor salud".

 

El ejercicio regular puede brindar beneficios similares e incluso mejores en algunos aspectos que los de la terapia de calor, agregó, pero las personas que no pueden o no desean hacer ejercicio pueden encontrar que la terapia de calor ofrece una opción atractiva.

 

"Debemos asegurarnos de que las personas que decidan seguir termoterapias cuenten con la autorización ello, también para hacer ejercicio, ya sea caminar, trotar o entrenamiento de fuerza de intensidad leve a moderada. De esta manera, podrán realizar la termoterapia sin problema".

 

Como corredora, Atencio conoce personas a quienes les gusta combinar la terapia de calor con el ejercicio: "Siempre decimos que el ejercicio es el principal tratamiento no farmacológico que las personas deberían seguir para promover la salud, pero algunas no pueden o simplemente no quieren hacer ejercicio", dijo. "La terapia de calor es un buen complemento".

 

Fuentes:

Jessica K. Atencio, Emma L. Reed, Karen Wiedenfeld Needham, Kathryn M. Lucernoni, Lindan N. Comrada, John R. Halliwill, Christopher T. Minson. Comparison of thermoregulatory, cardiovascular, and immune responses to different passive heat therapy modalitiesAmerican Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 2025; 329 (1): R20 DOI: 10.1152/ajpregu.00012.2025

University of Oregon. "Hot tubs outperform saunas in boosting blood flow and immune power." www.sciencedaily.com/releases/2025/06/250625232208.htm

 

Relacionados