Vida Sana

Cómo evitar una hernia discal

Tanto si tienes antecedentes como si no quieres que te ocurra, te contamos cómo puedes evitar una hernia discal

Noelia Hontoria

2 minutos

Las hernias discales se pueden evitar con un buen estilo de vida

Una mala postura, un esfuerzo excesivo o un estilo de vida poco saludable nos pueden llevar a padecer una hernia discal. Por suerte, se pueden evitar.

Para que comprendas cómo funcionan las hernias discales, primero vamos a explicarte brevemente por qué se producen y de este modo tú mismo podrás entender cómo puedes evitarlas.

Qué es una hernia discal

Una hernia discal no es más que una patología en la que se desplaza el disco gelatinoso que se encuentra entre las diferentes vértebras que conforman la columna vertebral. Al desplazarse, uno de los primeros efectos es la compresión de la raíz nerviosa, lo que nos lleva a una lesión, con mayores o menores consecuencias y con más o menos dolor. Sea como sea, siempre las debemos tratar a tiempo.

Es común confundirlas con los dolores de espalda habituales. Por ello, es muy importante que ante la posibilidad de cualquier lesión, acudamos a un doctor para que nos examine.

Cómo evitar padecer una hernia discal

Con el paso del tiempo es inevitable que nuestro disco vertebral se vuelva más débil y, por ello, seamos más propensos a padecer una hernia discal. Pero no es algo que afecte solo a las personas mayores. Todos, especialmente los deportistas y las personas que pasan mucho tiempo en una misma postura, debemos tratar de evitarlas.

Un estilo de vida saludable nos ayudará a evitar una hernia discal

El primer paso es tratar de llevar un estilo de vida saludable. Esto incluye un control de nuestro peso, una buena alimentación y una rutina de ejercicios más o menos moderada, que nos aleje del sedentarismo. No fumar, no beber y mantenernos siempre bien hidratados también ayuda.

En el gimnasio, tendremos que evitar los esfuerzos excesivos que afecten directamente a nuestra espalda, como cargar peso sin un calentamiento previo, hacer ejercicio forzando malas posturas o practicar deporte si hemos sufrido previamente algún problema de espalda del que aún no nos hemos recuperado por completo.

Es importante que, como deportista, aparte de tu rutina de ejercicios habituales, trabajes especialmente con aquellos que te ayudarán a fortalecer la zona de los músculos de la espalda y el abdomen, así como realizar bien los estiramientos antes y después de la actividad física.

En casa o en el trabajo, especialmente si debemos permanecer sentados mucho tiempo en la misma postura, tendremos que cuidar el modo en que lo hacemos. Lo ideal es contar con una buena silla, con un respaldo que nos recoja la espalda por completo y mantener las rodillas ligeramente más elevadas que las caderas. Para ello puedes comprar un pequeño elevador para los pies.

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