Una exposición prolongada a altas temperaturas puede afectar a la fertilidad masculina. Concretamente se ha demostrado que, por encima de los 35°C, se deteriora la calidad del semen y disminuye el número de espermatozoides. A su vez, el calor favorece la fragmentación del ADN de los espermatozoides, un parámetro asociado con la capacidad del esperma de fecundar el óvulo y que se vincula con un posible aumento del riesgo de abortos. Y ten en cuenta que en deportes como el ciclismo, que te apoyas directamente sobre el sillín. el calor aumenta todavía más en la zona genital.
A pesar de ello, los espermatozoides tienen la capacidad de regenerarse cada 3 meses. Por ello es recomendable vigilar las altas temperaturas sobre todo si se está intentando tener hijos, porque puede ser muy frustrante para la pareja no conseguir el embarazo. Además de mantener unos hábitos saludables también durante el verano, con alimentación equilibrada y ejercicio.