1. Caldo de pollo casero
Las recetas de la abuela funcionan muy bien, y los expertos también lo saben. Según un trabajo de la Universidad de Nebraska en EE UU, los nutrientes de un caldo de pollo con cebolla, ajo, zanahoria y apio, contiene una mezcla de vitaminas, minerales y otras sustancias que ayudan al sistema inmunitario a destruir virus y bacterias, reduce la mucosidad y la inflamación.
2. Reducir la cantidad de azúcar que tomas
- El azúcar blanco produce inflamación y debilita el sistema inmunitario.
- Como alternativa puedes utilizar miel, es un alimento que te ayuda a reforzar defensas y a mantener y calmar las mucosas y tejidos irritados por el frío.
3. Tomar 3 probióticos al día
El 85% de nuestras defensas están en el intestino, y los alimentos probióticos ayudan a mantener la flora intestinal, no sólo está el yogur, también puedes tomar kéfir, té kombucha, chucrut o col fermentada, o suplementos específicos.
4. Escoger grasas saludables
- Las grasas son esenciales para la vida y su carencia debilita el sistema inmunitario.
- Es importante que evitemos las grasas hidrogenadas artificiales y escojamos grasas vegetales de los frutos secos, aguacate, aceite de oliva virgen extra, de coco, etc.
- Sin olvidarnos de los famosos ácidos grasos omega-3 de los pescados y de que podemos incluir algunas grasas saturadas provenientes de huevos, carnes rojas de granjas orgánicas o de animales alimentados con pasto natural.
5. Bebe agua filtrada o de manantial
- La deshidratación abre la puerta a la infección, no sólo porque debilita el sistema inmunitario, también seca las mucosas de nariz, garganta y boca, la primera barrera que deben atravesar virus y bacterias para entrar en tu interior.
- Es importante beber la cantidad de agua adecuada para tu tipo de vida y ejercicio, pero además, el agua debe ser lo más natural posible.
- El agua del grifo contiene cloro, un desinfectante que no sólo mata bacterias perjudiciales, también afecta a la flora intestinal y reduce tu armada defensiva.