Hay que empezar por aclarar que hay muchos tipos de ginseng. El más efectivo se extrae de la raíz de la planta Panax Ginseng, que conocemos también como Ginseng chino. Se viene usando desde hace cientos de años por todas sus virtudes. Los principios activos que contiene son los ginsenósidos y los panaxósidos. Además, es una ráiz rica en almidón, vitaminas B, C y D, minerales (como el cobre, el manganeso, el calcio y el sodio) y estrógenos.
Entre sus las propiedades que se le atribuyen está el ser anti-estgrés. La realidad es que es un planta adaptógena, que ayuda al organismo a superar las condiciones de estrés físico o intelectual. Su efecto real es aumentar la resistencia, actuando sobre la glándula pituitaria y estimulando las glándulas adrenales, mejorando el funcionamiento del sistema nervioso, el rendimiento mental, la concentración y la memoria. Aumenta la resistencia a infecciones, ayuda a la digestión y retrasa el proceso de envejecimiento por su riqueza en antioxidantes.
Eso sí, ojo con lo que encontramos ahora que con la venta en internet los controles de calidad han saltado por los aires. En muchos casos el contenido en extracto de ginseng es bajísimo e incluso hemos detectado casos en que es inexistente. Fíjate muy bien porque si no tiene de un 4 a 7% de ginsenósidos no vale para mucho.
Para notar sus efectos se debe tomar al menos durante 3 semanas y sin prolongar el tratamiento más de dos meses. No se debe tomar en caso de inflamación aguda, ni combinar con cafeína porque puede producir insomnio, diarrea matutina, erupciones, hipertensión y ansiedad. La dosis debe estar sobre los 500 mg/día y en ningún vcasol pasar de 1 g de extracto diario.