La recomendación a seguir son las pautas normales de una alimentación sana y sin desfases, llevando a cabo una buena hidratación, pero conviene no olvidarse además de los siguientes elementos para que el cuero cabelludo tenga una salud envidiable.
Azufre: Fundamental en la formación de la queratina, un componente estructural del cabello. Está presente en las avellanas, cereales integrales, marisco y levadura de cerveza entre otros.
Hierro: Favorece la recuperación capilar. Está en las verduras de hoja verde, huevos, carnes rojas, lavadura de cerveza, etc.
Proteínas: Con ellas se forman las células capilares. La lisina, la metionina y la cisteína, imprescindibles, están presentes en los alimentos de origen animal aunque los dos últimos también puedes encontrarlos en el germen de trigo, las cebollas, los ajos, el yogur, etc.
Vitaminas B: Son las que regeneran el folículo piloso y evitan la caída del cabello. Asociadas a las carnes, también están presentes en gran cantidad en la levadura de cerveza, lácteos y huevos.
Zinc: Al igual que el azufre es necesario para sintetizar la queratina. Presente en huevos, mariscos y carnes.