Por un parte, es cierto que el metabolismo se reduce al mínimo durante el sueño, pero es un tema estudiado y no hay pruebas concluyentes científicas de que engordemos más o menos comiendo más o menos veces a lo largo del día y antes de ir a dormir. Por otra parte, deberíamos tener presente que la ingestión de hidratos de carbono por la noche permite retener mejor la masa muscular.
Mi consejo es optar por un término medio. No tomes una cena alta en hidratos de carbono pero tampoco te vayas al otro extremo: cero hidratos y todo proteínas. Si tu objetivo es conseguir definición pero manteniendo la masa muscular y sin bajar el rendimiento deportivo, es mejor opción que incluyas hidratos en la última comida del día, eso sí, mejor de bajo índice glucémico y en cantidades moderadas o incluso bajas.
Si quieres bajar las calorías intenta eliminar todo lo que ingerimos con exceso de azúcar y no sólo hablamos de la bollería, las galletas o los azucarillos del café, sino aquellos alimentos que van cargados de azúcar oculto como panes, cerales (ojo, incluso los integrales), yogures, zumos o salsas. Si consigues eliminarlos seguramente te ahorres de consumir entre 100 y 200 g extra de azúcar cada día. ¡Eso que te lleva tu salud!