Pero hoy tenemos que hablar sobre un fruto seco concreto, el anacardo, que nos lo venden como "natural", pero que en realidad está procesado (¡Ojo! menos mal, porque de lo contrario sería tóxico).
Te lo contamos en detalle:
Tal y como explican fuentes del sector:
Los anacardos que vemos en las tiendas y que parecen estar crudos, realmente no lo están, ya que crudos contienen una sustancia no comestible que hay que eliminar antes de ponerlo a la venta para el consumo humano.
En ese sentido, es necesario detallar que “la semilla del anacardo se desarrolla dentro de una cáscara que contiene aceite fenólico, conocido como líquido de la cáscara de la nuez del anacardo”.
Esa sustancia no es comestible, ya que es perjudicial para la salud al contener cardol y ácido anacárdico.
Este líquido de la cáscara del anacardo es una de las pocas resinas naturales altamente resistentes al calor y se utiliza con fines industriales como por ejemplo, en los sistemas de frenado o en la fabricación de pintura, lubricantes, cementos, medicinas o fungicidas, entre otras aplicaciones industriales. Además contiene un compuesto conocido como anacardium, que se usa para tratar trastornos dermatológicos.
En cualquier caso, la existencia de aceite fenólico en la cáscara en la que se desarrolla el anacardo no es ningún tipo de problema. Los consumidores pueden comer el fruto seco con total tranquilidad, ya que, cumpliendo con los estándares internacionales de control de calidad y seguridad alimentaria, siempre se procesa cuidadosamente.