Este tipo de dieta es duro, pues debes ajustarla al ritmo circadiano, lo que supone desayunar con la salida del sol y dejar de comer cuando el sol se pone, algo difícil para tener vida social en nuestro país en el que apenas se desayuna y se cena muy tarde, pero puede que sea hora de cambiar de costumbres.
Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Louisiana y publicado en la Revista ‘Obesity’ ha encontrado por primera vez que el horario de comidas influye en el metabolismo energético, al mejorar la oxidación de las grasas, ayudándote a quemar más grasa de reserva, a la vez que reduce el apetito.
En el estudio se estudiaron dos tipos de ayunos intermitentes, de 12 y de 18 horas, ambos con 3 comidas al día y las mismas cantidades y tipos de alimentos, el ayuno de 12 horas (12/12) con 3 comidas, desayuno a las 8 am y cena a las 8 pm y el de 18 horas (18/6) también con 3 comidas y las mismas cantidades y tipos de alimentos, pero que empezaba con un desayuno a las 8 am y acababa con una ‘cena’ muy temprana a las 2 pm.
Al comparar el metabolismo de los participantes tras seguir 4 días cada dieta, comprobaron que aunque no había diferencias en la cantidad de calorías quemadas entre las dos dietas, el ayuno 18/6 reducía la hormona grelina del hambre y el apetito, así como aumentaba la quema de grasas durante las 24 horas siguientes comparado con el ayuno 12/12.
Fuente: DOI: 10.1002/oby.22518