Lo primero que llama la atención del espectador en un partido de fútbol sala es lo cerca (y lo fuerte) que se producen los tiros a gol. ¡Y los porteros no usan guantes! Eso tiene una sencilla explicación, no es que los hayan olvidado en el vestuario. El balón de fútbol sala es mucho más pequeño que el de fútbol, por lo que su control en el saque resulta más complejo. Además, lo pequeño del campo requiere una gran precisión del portero al poner en juego el esférico, y es por ello por lo que la mayoría opta por usar vendajes como protección de sus dedos. Raramente recurren a guantes que les reducirían el tacto y les impedirían dirigir con eficacia los saques bajos o a ras de suelo.
No obstante, para los porteros que estén empezando o para aquellos que provengan del futbol y se sientan desprotegidos con la mano desnuda, proliferan en los últimos tiempos guantes específicos sin dedos. Estos mitones de portero dan protección a la palma de mano liberando los dedos para el saque.
Aunque en el futbol sala raramente se bloca el balón con la palma de la mano, la dureza del suelo (más aún si se juega sobre asfalto) agradece cualquier protección contra la abrasión, así que estos guantes recortados merecen ser tenidos en cuenta.
Probándolos en acción, la primera sensación es que el apoyo en el suelo ve reducido ostensiblemente su impacto. Punto a favor. También responden adecuadamente en el despeje con la palma. Dos puntos. Pero ¿qué sucede al sacar? Aquí entran los tamaños de guante y mano en la ecuación. Aquellos que tengan una mano grande y sus dedos puedan recoger la circunferencia del balón, se harán rápidamente al tacto. Por el contrario, manos pequeñas con demasiada protección se verán lastradas en la precisión. Es sin duda su punto flaco.
Existen modelos con los cinco dedos recortados y otros que protegen el meñique. Cuestión de gustos. En todo caso, tened en cuenta que si os vendáis los dedos tendréis que probaros así el guante.
Como conclusión, podemos sacar en claro que para aquellos porteros que suspiren por algo más de protección en la mano, son una opción, recomendando siempre modelos finos que se ajusten a la mano y no impidan los vendajes de muñeca o dedos.