El japonés Suzuki quería hacer un nombre en el olimpo del deporte y lo que ha conseguido es un lugar en la leyenda más negra del mundo del deporte. Si con el dóping ya cae muy bajo un deportista lo que ha hecho este remero nipón es muchísimo peor. Yasuhiro Suzuki ha reconocido que dopó a su compañero Seiji Komatsu para que fuera un rival menos en su lucha por lograr una plaza en el equipo olímpico japonés para los Juegos de Tokio 2020. Todo ocurrió el pasado mes de septiembre durante la disputa del Campeonato de Japón. Allí antes de la final de K1200 metros Suzuki fue capaz de coger la botella de agua que tenía Komstsu para hidratarse e inyectarle un esteroide anabólico. Kamatusu gue el ganador mientras que Suzuki era sólo octavo. Pero llegó el resultado del control anti-doping y la "máquina pitó". Komatsu siempre negó haber tomado pero fue sancionado.
Ahora ha confesado lo que ha permitido liberar a Komatsu de su sanción a la vez que Suzuki ha recibido una de 8 años alejado de las competiciones, pero sobre todo en un país como Japón ha visto manchado su honor.