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Le dieron cuatro meses de vida por un cáncer de pulmón...¡y ahora es finisher del Ironman de Hawai"

Fran Chico

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Le dieron cuatro meses de vida por un cáncer de pulmón...¡y ahora es finisher del Ironman de Hawai"

Esta madre de cinco hijos que acaba de cumplir los 54 años recibió justo tras pasar las Navidades la noticia que nadie quiere escuchar. “Tiene usted un cáncer de pulmón avanzado, en estadio IV", fue lo que oyó Isabella en la consulta. Ella que nunca había fumado, ella que era un deportista con experiencia en maratones y pruebas Ironman. Los primeros síntomas los tuvo el pasado otoño pero ella (lección aprender para todos nosotros) en lugar de ir al médico lo achacó a una lesión deportiva lo que provocó un retraso en tener el diagnóstico correcto. Los médicos encontrar un cáncer de pulmón en estadio IV con un tumor de 7 cm en sus pulmones. Y eso no era todo, también encontraron tumores en su cerebro, en el esternón o en la pelvis.

En febrero arrancó el tratamiento que logró reducir el tumor más grande de su cerebro y también curar la pelvis. Trabajó con un fisioterapeuta para fortalecer su aparato locomotor, especialmente su pierna derecha, que había perdido toda la movilidad antes del diagnóstico.

Bajo supervisión de los médicos, que piensan que su excelente condición física está siendo clave en la evolución del tratamiento, regreso al entrenamiento. Comenzó caminando con bastones, luego a correr y hasta que recibió un regalo inesperado: la Fundación Ironman, a la que había llegado la historia de superación de esta mujer que ha terminado más de 100 maratones (ha hecho uno en cada uno de los Estados de USA) y 16 pruebas Ironman, le ofrecía un dorsal para competir en Hawai. Ella siguiendo su lema personal, “el fracaso no es una derrota hasta que dejas de intentarlo", aceptó y logró alcanzar la meta en Kona el mismo día que se estrenaba Javier Gómez Noya en la mítica distancia.

"Todavía estoy en la etapa 4, lamentablemente. Las drogas no hacen que el cáncer desaparezca. Sólo hacen que deje de progresar. La naturaleza de estos tratamientos es que funcionan por poco tiempo, unos 18 meses, y luego el cáncer muta, por lo que tendré un cáncer diferente... Al igual que cuando corro, sé que si pongo un pie delante del otro seguiré adelante, y eso es lo único que puedo pensar después de que en aquel día en que recibí el diagnóstico me dieran cuatro meses de vida".