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La apneista española Isabel Sánchez-Arán, 12 veces campeona nacional en diferentes modalidades de apnea y referente en este deporte en España, se ha hecho con el bronce en el 8º Campeonato Mundial de Apnea de Profundidad de la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS) en Kalamata, Grecia. Además, ha conseguido dos récords nacionales en la modalidad CNF con 57 metros de profundidad y 86 metros en inmersión libre. Descubrimos como entrena y vive el día a día una apneísta profesional.
Cuando el reto está en la profundidad de una misma.
¿Cómo empezaste con la apnea?
Por casualidad, era instructora de buceo con botella en Chipre, hacía mucha montaña y deportes de mar y aire libre. Un día mi jefe me dijo que había un campeonato de apnea cerca, y le contesté: ¿para qué si puedo tener una botella para qué bajar?
Pero cuánto bajan, y me dijo 100 m, ¡más que nosotros con botella! Busqué en internet y pensé que era imposible, que estaban todos locos. Mi jefe era un hombre de mar, súper motivador y me animaba mucho. Me enseñó unas técnicas básicas que me ayudaban como instructora de buceo, para tener más tiempo sin botella y mantener la calma.
Curioso que ahora sé, que era todo errado, justo lo que les digo a mis alumnos que no se debe hacer. Me apuntó al campeonato de Chipre que iba a ser en 3 semanas y se me dio bastante bien, bajé 30 m. Ahí conocí a otros practicantes de apnea, no profesionales, que me fueron enseñando, para mi eran dioses.
Yo iba con todo prestado, con aletas grandes de la talla 42 que me tenía que poner con zapatillas, un traje grande por el que me entraba agua y me frenaba. Empecé a entrenar con lo que tenía y me dijeron que tenía un talento natural, con muy buenas condiciones.
¿Y de ahí a competir?
Bueno, seguí practicando, pero era difícil compaginar con el buceo con botella por la acumulación de nitrógeno, por lo que cuando trabajaba de instructora de buceo tenía que dejar unas 24 horas de descanso para poder hacer apnea.
No podía combinar buceo con apnea, y mi jefe me dijo que había llegado el momento de buscar mi camino en la apnea. Hice un programa de intercambio, en Kalamata, Grecia, y a cambio de formación trabajaba para ellos y así me hice con la certificación de instructora de apnea. Ahora tengo mi propio club de apnea, Caretta (el nombre científico de la tortuga verde), en la reserva natural de las Islas Medas en L’ Estartit, Girona, una zona con mucha vida, el Mediterráneo es mi nación.
¿Cómo ha ido el mundial de apnea de Kalamata?
Estoy contenta, llegué con la idea de llegar a los 90m en los entrenos precompetición, pensé que sería fácil después de bajar a 80m en mi Costa Brava, Ya que entreno en aguas que no son ideales, de ahí lo de ‘Brava’. Pero no, me costó mucho adaptarme a las nuevas condiciones con un neopreno más fino que cambia la flotabilidad. Al final forcé un poco y se irritaron los oídos, lo que me supuso hacer más compensación.
Al llegar a la competición, estaba bastante nerviosa, el primer día era el de monoaleta, intenté hacer 80m con aletas, y me fue bien de prueba, pude compensar, aunque no estaba en mi mejor forma con mis oídos irritados. El siguiente día era de inmersión libre, dije 86m, ya que lo dices el día anterior a competir, por seguridad para preparar todo y evitar accidentes. Ya tenía el récord nacional en 85m, era un metro más. Bajé a 86m, subí bien, y mis oídos aguantaron.
El tercer día era sin aletas, que no es mi especialidad, marqué 57m, un metro más del récord de España que lo tenía otra mujer con 56m. El último día marqué los 90m con aletas, lo que me había planteado en esta temporada, y así pasé una decena y ahora estoy en el ‘Club de los 90s’, algo especial. Al final no pudo ser el segundo puesto, quedé tercera con el bronce, ya que al subir los árbitros me sacaron 2 tarjetas amarillas, que terminaron en tarjetas rojas en la revisión, ya que en el giro abajo cuando recogí la etiqueta, no vi bien y me agarré por fuera del límite y no me han podido validar la prueba. Pero estoy contenta por haber conseguido mi objetivo. Al final dije: Me lo voy a tomar como un homenaje, un reconocimiento a todo lo que he currado estos años, y todas las veces que quede cuarta.
Podría dar muchos consejos para las personas que quieren empezar a practicar apnea, pero se resumen en uno: Empieza con un curso con un instructor cualificado, donde vas a aprender bien, todos los trucos y sin errores. Es lo más eficiente y rápido.
Yo no hago monoaleta, me gusta comparar sin aletas, es como correr descalzo, aletas con zapatillas, y monoaleta como patines, es donde se bajan cotas mayores.
¿Cómo es el entrenamiento de apnea?
Yo tengo una programación anual, como cualquier deportista profesional. Soy muy multidisciplinar, hago todo en apnea, y aunque no tengo monoaleta, entro en la pista con ellos usando aletas y me lo tomo como entrenamiento, aunque esté en desventaja, ¡es como competir en una prueba de patines corriendo con zapatillas!
Ahora que acabo de pasar el campeonato del mundo, mi temporada ha terminado, me tomo unos meses de desconexión para limpiar la mente porque la apnea es muy estresante a nivel psicológico. En noviembre empiezo gimnasio con pesas y ejercicios tipo Crossfit con cuidado de no lesionarme. Y complemento con cardio, al principio correr, luego natación. A partir de enero ya empiezo a meter apneas, ya voy bajando el aeróbico y el gimnasio y metiendo más agua para prepararme con las competiciones de los campeonatos autonómicos, que suelen ser uno al mes.
“Es un entreno muy machacón, muchas series de apnea, con tablas de CO2, donde no llegas a estar hipóxico y con recuperaciones cortas. Limpias oxígeno pero acumulas mucho CO2, lo que provoca muchas ganas de respirar, ya que el cuerpo detecta la acumulación de CO2. Son entrenamientos de tolerancia a CO2, diseñados para familiarizarte con esa sensación de ‘respirar más’, te ayudan a aguantar más. A mi me gusta compararlo con el hambre, si te acostumbras al hambre, si te distraes, puedes aguantar más. Entrenas para acostumbrarte a las sensaciones y para aprender a distraerte. También se acumula mucho ácido láctico y a veces las piernas no responden, por lo que también entrenamos la tolerancia al ácido láctico.”
¿Y cómo recuperas?
En apnea es muy importante el descanso, a mi cuesta dormir por la noche, pero el sueño es lo que más recupera el cerebro. Por eso intento dormir siesta para poder doblar los entrenos de por la mañana en agua, y por la tarde hacer técnicas de entrenamiento, de respiración, de descompresión de oídos, control de paladar blando, control de glotis…
¿Y qué tipo de alimentación llevas?
Me guío por mis sensaciones, ya que la apnea te consume y debes evitar perder masa muscular y recuperar peso. Es un deporte interesante, con una parte de baja intensidad pero de larga duración que se hace en el agua, lo que baja tu temperatura y gastas más calorías para mantener el calor corporal. Y luego está el momento anaeróbico de la bajada donde activas muchas vías metabólicas y aumenta el gasto metabólico.
Con la apnea necesitas reponer mucha energía y comer bien, pero evitando alimentos que provoquen digestiones pesadas, especialmente el día anterior y antes de la competición. Intento seguir una dieta variada y antiinflamatoria, rica en vegetales y proteína a la plancha, con comida sana para evitar la inflamación y de tipo alcalina, para contrarrestar la acidosis por el exceso de CO2.
Al acabar las apneas me gusta tomar bayas o frutas rojas, por su alto contenido en antioxidantes para combatir el exceso de radicales libres.
Un día con Isabel
¿A qué hora te levantas?
En verano a las 7 y en invierno a las 9.
¿Qué sueles desayunar?
Una tostada de pan con aguacate machacado, aceite y sal y una rodaja de jamón york, y si no tengo que entrenar un café con leche, ya que tengo la tensión baja, pero no lo tomo en competición porque no me sienta bien. Y mi otro desayuno es un revuelto en sartén de avena con plátano y huevo.
¿Cuál es tu comida habitual?
Al mediodía, como más hidratos, pasta, patata, ensalada comidas ligeras, tengo estomago delicado. Y de proteína tomo pollo o huevo a la plancha, algo fácil de digerir. Para la cena, si me apetece me tomo un filete de ternera, o pescado, me encanta la dorada a la sal o al horno, marisco, mejor por la noche para digerirlo por la noche.
¿Tomas suplementación?
En época de gimnasio, BCAAs, y este año antes de los entrenos he tomado un batido de hidratos porque los digiero mejor antes de las apneas. Tomo muchos antioxidantes, bien como frutos rojos, o en suplementos, porque la apnea produce muchos radicales libres que hay que eliminar.
¿Qué otros deportes practicas?
He hecho muchos deportes toda mi vida, especialmente de aire libre, montaña, buceo, vela, etc. Hice espeleología antes de la apnea, que tiene muchas similitudes con apnea, bajas con una cuerda que es tu ‘línea de vida’, tu conexión con el exterior, y trabajas el control mental, la respiración, etc.
Ahora la apnea me limita más, por ejemplo, no puedo hacer montaña por la altitud. Hago gimnasio, correr y nadar. También practico yoga con posturas, para la flexibilidad, visualizaciones y meditación con trabajo de respiración.
Y cada año corro la carrera de AMACmet, de Elche, donde crecí, que organiza la Asociación de Mujeres Afectadas por Cáncer de Mama de Elche y Comarca. Si no puedo ir, me pongo la camiseta, corro donde esté y mando un vídeo. Mi madre murió de cáncer de ovario, y he vivido la experiencia del cáncer en la familia, y son un grupo muy querido y comprometido.
¿A qué hora te acuestas?
Tengo una alarma puesta a las 10:45 de la noche para recordarme que tengo que irme a acostar. Pero me cuesta dormir, soy búho, me cuesta dormir, intento estar en la cama a las 23:30h, a las 12h como muy tarde, pero siempre digo que me gustaría acostarme antes.
¿Se puede vivir de la competición de apnea?
De la competición en sí, no, no hay premios ni ayudas. Si tienes un poco de inteligencia, y entiendes lo que puedes aportar como deportista a una empresa, puedes encontrar patrocinadores privados. Ahora mismo, la mitad de mi salario viene de patrocinadores y la otra mitad de mi trabajo con la escuela y alguna ayudita pequeña.
Cuido mis RRSS cuando tengo tiempo, pero entre el trabajo y los entrenamientos, me ayuda una persona, yo lo reviso y contesto los comentarios, pero así ahora están mejor.
¿A qué hora entrenas?
En verano tengo mucho trabajo y es difícil compaginar, mi trabajo es mi deporte, como instructora de apnea, no puedo trabajar 5 días de instructora y al 6 ir a entrenar, necesito un día de descanso antes de competir, por eso intento hacer un curso de formación por semana, para dejar descanso. En invierno entreno mejor, por la mañana gimnasio y piscina, y trabajo de ordenador para la temporada de verano. Siesta y luego por la tarde estiramientos, trabajo mental y técnica de respiración.
¿Alguna superstición?
No tengo, si me noto muy nerviosa porque a veces tengo miedo, de fracasar o a un accidente, me pongo alguna canción que me recuerde al mar y lo que amo de la apnea, como una de Josine: Oceans Wait.
¿El mejor momento en profundidad?
Participar en la Vertical Blue, ¡y eso que acabo de ganar una medalla! Es una competición icónica privada, solo vas por invitación y bajas al agujero azul de las Bahamas, un lugar mágico, que sin ser yo mi espiritual, siento que ese lugar tiene algo especial.
¿El peor momento en profundidad?
Lo pasé bastante mal con la muerte de Stephen Keenan, que era el ‘ángel de los buceadores’, el que te acompaña y le tenía mucho cariño. Tuvo una muerte trágica como se puede ver en el documental de Netflix, ‘La inspiración más profunda’, consiguió rescatar a la apneísta Alessia Zecchini con la que intentaba hacer un récord no competitivo, pero murió. Me traumatizó mucho, le tenía cariño y respeto y cogí un poco de miedo, luego he ido trabajando para evitarlo pero sigo teniendo respeto.