Ocurrió en el Grand Slam de judo de Baku, Azerbaiyan que se celebraba entre el 10 al 12 de mayo. En pleno combate, cuando el portugués Anri Egutidze competía contra el sueco Robin Packs, entre movimiento y movimiento cae algo al suelo… ¡y es el móvil del portugués! El sueco entre sorprendido e indignado lo agarra y se lo da.
Francamente difícil de justificar que uno salga con el móvil en el bolsillo a disputar un combate, ¿estaría compartiendo su esfuerzo en directo en Strava con su comunidad de fans, pretendía hacer una foto de su combate in situ, esperaba una llamada importantísima…? No, la explicación es más sencilla, Anri declaró que estaba escuchando música en el vestuario con el móvil y cuando le llamaron para su ronda simplemente se olvidó de dejar el móvil. Con situaciones como estas nos queda claro que lo de los smartphones se nos está yendo de las manos, en este caso se le fue del bolsillo al portugués y por eso los árbitros le descalificaron de inmediato.
El judoka luso, muy arrepentido, se ofreció a pagar los gastos de su desplazamiento a Baku, pero al final su federación declinó la oferta. Egutidze ha prometido medalla en los próximos Europeos de Minsk, para intentar lavar su imagen y compensar de alguna forma su despiste.