Vamos a empezar por las buenas noticias. Las vacaciones no tienen un gran efecto sobre tu estado de forma como corredor. Y es que está probado científicamente que dejar de salir a rodar durante quince días no tiene un gran efecto sobre tu rendimiento. A partir de las dos semanas es cuando ya se empieza a notar que has dejado de entrenar con regularidad. Lo primero en lo que tiene efecto "tu abstinencia de running" es sobre el VO₂ max, que es lo primero que empieza a bajar. Tu capacidad máxima puede bajar hasta un 10% pero lo recuperarás rápidamente en cuanto vuelvas a calzarte tus zapatillas de running. Si eres corredor habitual tu resistencia aguanta un poco más, hasta la tercera o cuarta semana no se aprecia disminución. Y lo último que empieza a perderse es la fuerza. La pérdida de músculo, aunque no reciba estímulo, no es relevante hasta pasado un mes. A partir de ese momento si se puede producir una pérdida de masa muscular de 2% por semana.
La buena noticia es que el cuerpo tiene memoria. Cuando vuelves al entrenamiento no es cómo empezar de cero.