Cada 15 de agosto, las fiestas patronales de San Lorenzo de El Escorial, en la Comunidad de Madrid, ponen su broche final con la Travesía de las Cumbres Escurialenses, que en el presente año suman su 60ª edición. Difícil resulta calificar esta prueba de montaña a mitad de camino entre una costumbrista romería y un trekking deportivo. Que cada cual lo afronte a su manera, pero sin engañarse, el recorrido es duro. Más de 22 km desde los Jardincillos de San Lorenzo hasta el Pico de Abantos que acumulan un considerable desnivel.
Mil trescientos participantes tomaron la salida en esta ocasión distribuidos en equipos de dos o tres miembros, tal y como exige la inscripción (www.travesiadelascumbres.es). A su paso por la lonja del monasterio y en las rectas de bajada hacía el bosque de La Herrería pudo verse correr a las parejas que optaban por completar la jornada a ritmo de trail running. Más vale llegar bien colocado a la primera subida, pues desde la carretera de la Silla de Felipe II hasta el Tercer Ermitaño, primero de los puntos de control, el camino se estrecha y los tapones son frecuentes. Senderos entre riscos llevarán después hasta el Pico del Fraile, segunda parada en la que sellar la tarjeta. Los tiempos de paso son lo suficientemente amplios para todos, pero más vale no confiarse.
De allí, rumbo al puerto de la Cruz Verde para ascender y bajar el San Benito, 1628 m de altura que se hacen duros por el terreno. Un puesto móvil para recargar los botes de agua y otro con tomate cortado nos muestran que el espíritu de la marcha sigue intacto desde hace décadas.
Atención al calor y a los escasos puntos de hidratación, que pueden pasar factura. Eso, sumado a la falta de señalización que sufren los que marchan en cabeza (en la subida a Risco Alto puede que no veas a nadie delante marcando el camino) deberá ser apuntado en la agenda del Ayuntamiento, pues el evento forma parte de la programación de sus fiestas. La seguridad de los participantes está en juego. Si vas a ir abriendo camino y no conoces la zona, te recomendamos llevar el track en un dispositivo GPS, lo encontrarás fácilmente buscando en Wikiloc, por ejemplo.
En el pico de Abantos, a 1753 m sobre el nivel del mar, se sitúa la meta en la que recuperar fuerzas (la ensaladilla rusa y el pollo asado de antaño han sido sustituidos por sándwiches y gazpacho), pero aún queda una sorpresa. Habrá que descender el puerto de Malagón hasta el pueblo, lo que sumará unos 6 km más al Garmin de nuestra muñeca. En el mío, 33 km finales desde que salí del aparcamiento de la estación de tren de El Escorial.
Varias generaciones son fieles a esta singular marcha que cumple sus bodas de platino. Por algo será.