Sorprendió al mundo convirtiéndose en el primer finisher la Škoda Titan Desert Morocco con el 81% de discapacidad debido a una necrosis en la pierna izquierda que le impide caminar y el atropello de un coche cuando entrenaba que todavía le perjudica más aún su movilidad. Y ahora, Lester Fernández, esta vez es protagonista por completar otro reto mayúsculo: recorrer los 1.200 kilómetros del Camino de Santiago entre su casa en Rubí, Barcelona, y La plaza del Obradoiro en tan solo ocho etapas.
El camino no fue sido fácil y llegar a la Catedral de Santiago de Compostela completa un doble objetivo. “Esto es único, no sé ni cuántas veces he soñado con este momento: ya he cumplido un gran sueño. Un reto personal para ver hasta dónde soy capaz de llegar y una forma de visibilizar mi mensaje para ayudar a las personas con discapacidad física a salir de su casa y hacer algo de deporte, a estar con la familia, con sus amigos. Me he demostrado que sí puedo y también lo he hecho a la gente como: también pueden. El NO, no existe”.
En estas ocho jornadas de horas y horas de ciclismo para completar cada una de las ocho etapas, Lester ha tenido que superar multitud de dificultades. Algunas estaban en el guión, como no poder contar con su silla de ruedas habida cuenta de su dificultad en caminar. Otras, inesperadas: como averías mecánicas, calambres, dolores y la fuerte lluvia que ha arreciado en varios de los días. “Me costaba pararme en establecimientos para comprar agua, comida… si no me dejaban entrar a la tienda con la bici, no podía. Por suerte me he encontrado gente maravillosa que me han ayudado”, comentaba al llegar a su meta.
“En estos momentos de emoción, me acuerdo de mi pareja, mis hijas, mi familia, gente que me ha inspirado a seguir adelante y a los que estoy muy agradecido, así como a KH-7 que me ha apoyado mucho en este proyecto y han estado conmigo hasta llegar hasta aquí”, declaró para poner punto y final a este reto excepcional.