Natación

Nadar Mariposa nunca fue tan fácil

En este artículo te damos las estrategias y claves esenciales para una técnica eficiente.

Jorge Gómez, Entrenador Certificado de Oxygen Advantage / CliSwim

6 minutos

Nadar Mariposa nunca fue tan fácil

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El estilo mariposa tiene sus raíces en el estilo de braza.

En la década de 1930, los nadadores comenzaron a experimentar con nuevas técnicas para aumentar la velocidad. Uno de esos experimentos involucró sacar los brazos del agua durante la fase de recobro del estilo de braza, lo que eventualmente llevó al desarrollo del estilo mariposa.

En 1933, el nadador estadounidense Henry Myers fue uno de los primeros en utilizar este movimiento de brazos en la competición. Sin embargo, en esa época, todavía se combinaba con la patada de braza. Posteriormente, otro nadador estadounidense, Jack Sieg, empezó a utilizar una patada de delfín (moviendo ambas piernas juntas) junto con el movimiento de brazos de mariposa.

Es conocido por ser uno de los más desafiantes, debido a la compleja coordinación y fuerza, que hasta para nadadores experimentados en otros estilos, puede resultar difícil de ejecutar, especialmente en distancias mayores. Esta percepción es errónea, ya que la clave del estilo mariposa no radica únicamente en la fuerza muscular, si no en la técnica y la fluidez necesarias para dominarlo con eficaciencia.

Nadadores legendarios han dominado este estilo y batido récords como Mark Spitz y Kristin Otto, la gran revolución llegó con Michael Phelps, de la mano de su entrenador Bob Bowman, que evolucionaron la mariposa al trabajar la cooperación con la gravedad, el empuje del agua y la mejor posición hidrodinámica del cuerpo en el agua. La nadadora estadounidense Dana Vollmer, que rompió el récord mundial en Londres 2012 en 100 metros mariposa, comentó en una entrevista al NYT: “Sólo buscaba sentir como todo mi cuerpo se desplazaba hacia adelante mientras nadaba y permanecer lo más ligera posible con los brazos sin golpear con las piernas hacia abajo.”

6 PUNTOS CLAVES PARA AHORRAR ENERGÍA

1/ Aterriza hacia adelante: NO HACIA ABAJO 

Después de cada brazada y respiración, vuelve al agua con la intención de desplazarte hacia adelante, no de sumergirte. Maximiza el impulso hacia adelante de la siguiente manera:

Aterriza hacia delante, no hacia abajo
  • Aterriza suavemente con el mínimo de salpicaduras
  • Aterriza con los brazos bien separados y completamente extendidos
  • Aterriza con el talón de la mano antes que los dedos
  • Deja que la gravedad lleve tu cabeza neutra al agua sin inclinar la barbilla.

El movimiento excesivo hacia arriba y hacia abajo es una de las formas más comunes de desperdiciar energía.

2/ Alineación: SÉ PACIENTE 

La resistencia es mínima cuando estás en la mejor posición hidrodinámica debajo de la superficie.

Alineación, sé paciente
  • Después de aterrizar, mantén la mejor alineación de la columna, hazte largo desde tus brazos estirados a través de las escápulas hasta los pies, mientras te permites hundirte.
  • Casi de inmediato, sentirás que la flotabilidad comienza a elevarte de regreso a la superficie.
  • Mantén la alineación mientras el empuje del agua hace que te eleves de nuevo.
  • Hasta un momento antes de que tu espalda y cabeza rompa la superficie.

Minimiza el tiempo dedicado a cualquier otra posición.  Al minimizar la resistencia, se reduce en gran medida la potencia y energía necesarias para nadar cualquier distancia o velocidad.

3/ AGARRA, NO “Tires”

La función del agarre es "ayudar" a la cabeza a salir a la superficie:

Agarra, no tires
  • Usa tus manos casi exclusivamente para “ayudar” a tu cabeza a viajar en una dirección en la que ya se está moviendo antes de que comiences a nadar.
  • Aprovecha el empuje y el agarre para crear una fuerza “resultante” que impulsa tu cabeza neutra, y al resto del cuerpo, a través de la superficie en un ángulo bajo.
  • Esta fuerza existente es tan poderosa que la más ligera presión de tus manos hará que tus brazos y torso literalmente vuelen fuera del agua.
  • Forma el agarre y cuando notes que empiezas a presionar hacia atrás, detente y siente como tus brazos vuelan hacia afuera y adelante, desplazando tus escápulas hacia adelante.

Aterriza hacia adelante en lugar de empujar hacia atrás.


4/ Patada impulsada por el CUERPO, NO por las piernas

En una patada impulsada por el cuerpo, las fuerzas que nos rodean hacen la mayor parte del trabajo:

Patada impulsada por el CUERPO, NO por las piernas
  • Cuando los brazos salen del agua, el cuerpo se flexiona automáticamente en las rodillas, lo que provoca un movimiento ascendente sin esfuerzo.
  • Cuando los brazos extendidos encuentran la resistencia de la superficie del agua durante el aterrizaje, el cuerpo se adapta automáticamente a estas fuerzas flexionando en las caderas y extendiéndose en las rodillas, lo que provoca un movimiento descendente sin esfuerzo.
  • Una vez tenga una sensación de patada natural, agrega un poco de fuerza a la ya existente.
  • Mueve los dedos de los pies para ayudar a impulsar los brazos hacia adelante al aterrizar.

Haz que la acción de las piernas sea liviana, compacta, y que funcione principalmente con la acción de la parte superior del cuerpo.

5/ Respira libremente: Nadas mejor cuando respiras.

Respira libremente Nadas mejor cuando respiras
  • La gravedad y a que el empuje del agua impulsa tu cabeza y tu cuerpo en la dirección ideal para respirar.
  • Maximiza este efecto enormemente ventajoso manteniendo tu cabeza alineada. Si levantas tu barbilla, el flujo de energía y poder natural se interrumpirá.
  • Respiración SUTIL: Roza el agua con la barbilla y mira la superficie, a un punto a solo unos centímetros de tu nariz, mientras respiras.

Trabaja en una respiración diafragmática que te ayudará también a una mejor alineación.

6/ ABRAZA EL AGUA, no luches contra la gravedad

ABRAZA EL AGUA, no luches contra la gravedad
  • Recobro de barrido: barre los brazos hacia adelante a través del camino más ancho y bajo.
  • Mantén los codos rectos: un brazo recto produce mucho más impulso hacia adelante que uno doblado.
  • Balancea el brazo con las palmas hacia abajo. Despeja el agua milímetros, no centímetros.
  • Extiende tus brazos delante desde tus escápulas y aprovecha las fuerzas qu ete rodean para avanzar a través del agua-

Evita estos 4 hábitos agotadores

1/ Escalar y bucear: Al intentar salir disparado del agua y luego sumergirse. Es una batalla entre la gravedad y tu energía, pero el poder de la gravedad siempre gana.

2/ Agarre en forma de cerradura: Al empujar demasiado hacia atrás y girar las palmas hacia arriba al final, arrastrando las caderas hacia abajo y luchando por conseguir sacar los brazos fuera del agua.

3/ Doble patada impulsada por el cuádriceps: Que lleva a doblar las rodillas excesivamente, creando mucha más resistencia que propulsión. Y elimina la oportunidad de cooperar con las fuerzas naturales, (gravedad y el empuje) y por tanto contribuye a un gasto de energía excesivo.

4/ Respiración cada dos brazadas:  Al restringir la oxigenación al cuerpo con los momentos de apnea se puede producir aún mayor fatiga muscular, por no llevar un ritmo respiratorio funcional.

El resumen de mejorar en mariposa es: hacer menos para nadar mejor y evitar así posibles lesiones.

*Sobre el autor:

Jorge Gómez es entrenador de natación, lleva más de 20 años de experiencia en el mundo como nadador y entrenador, contagia esta pasión a cada uno de sus nadadores. Imparte clases a todas las edades y etapas (embarazadas, matronatación, natación terapéutica, hidrofóbicos, amateurs, competición o de aguas abiertas). Desde sus comienzos ha tratado de perseguir la excelencia, desarrollando un método efectivo para los nadadores. Recibió formación de Terry Laughlin, fundador del método Total Immersion, es entrenador certificado nivel 3, especializado en los 4 estilos y certificado como director de cursos. Experto en vídeo-análisis biomecánico de la brazada, su objetivo es anteponer una técnica eficiente y respetuosa con nuestro cuerpo, para alejarnos de los riesgos de lesiones que pueden producirse si no mantenemos un apropiado control postural que nos permita proteger nuestros músculos y articulaciones. 
Junto a Pablo Fernández, nadador con 6 récords Guinness, han desarrollado la metodología CliSwim para adaptarse a cualquier reto que se proponga un nadador, independientemente de su punto de partida.  Lo encuentras en www.cliswim.com 

Oxygen Advantage: metodología basada en técnicas de respiración para conseguir una respiración funcional, y que estamos integrando en nuestros programas de natación.

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