Este movimiento fortalece tus rodillas y tus cartílagos e incrementa la capacidad estabilizadora de los cuádriceps, al tiempo que creas un patrón correcto de flexión que podrás mantener cuando realices otros gestos deportivos.
De pie con las piernas separadas a la anchura de los hombros y las manos sujetando la barra con peso, da un gran paso hacia el frente con la pierna izquierda. Ambas rodillas se doblan, pero la rodilla atrasada (la izquierda) no debe llegar a tocar el suelo y la adelantada (la derecha), colocarse sobre el tobillo, sin adelantarse a la línea de ese pie.
Vuelve a la posición inicial y repite adelantando la pierna izquierda. Haz 3 series de 12 repeticiones con cada pierna. Si resulta demasiado duro o tu condición física es baja, prueba a hacerlo sólo con tu propio peso o con la barra sola, sin discos.