Comienza apoyando los brazos sobre un banco o superficie elevada. Cuando ya seas capaz de realizar 20 repeticiones sin distorsionar la postura, pasa al siguiente ejercicio.
Separando los pies a la anchura de los hombros el ejercicio es más estable y tiene menos dificultad.
Cuando hagas el ejercicio anterior sin problemas, puedes pasar al clásico, con ambos pies juntos.
Con un fitnessball bajo las caderas se acrecienta la dificultad.
Si apoyas los pies sobre el fitnessball, resulta todavía más difícil, por la inestabilidad aumentada y el crecimiento del ángulo respecto al suelo.