Esta es una costumbre mal entendida. El cinturón lumbar aumenta la presión intraabdominal y estabiliza nuestra columna, protegiéndola de cargas que se transmiten a través de ella. Sin embargo esto es un arma de doble filo. Nuestro cuerpo posee un cinturón natural a modo de corsé que es la musculatura interna del abdomen (transverso y oblicuo interno).
Además, la columna se encuentra rodeada por una musculatura cuya principal función es la de proporcionar estabilidad (paravertebral). Cada vez que nos colocamos una faja, corsé o cinturón de levantamiento, estamos sustituyendo la acción de estos músculos por un elemento externo, no dejaremos que estos músculos reciban carga y se acondicionen para que puedan llegar a proteger nuestras estructuras articulares de forma natural, terminaremos por depender siempre de una faja o cinturón, no solo en el gimnasio, sino también en nuestra vida diaria. Nuestro consejo es que el cinturón lo utilices lo menos posible, solo en ocasiones puntuales.