Siempre se ha hablado en el mundo del entrenamiento que los lumbares debían estar en una relación de 1 a 3 respecto al trabajo de los abdominales. Pero no olvidemos la importante antigravitatoria de la gran cadena posterior. Es muy necesario su entrenamiento y activación más allá de ese clásico 1 a 3. Mi opinión es que estén equilibradas en el resparto del trabajo.
Debemos recordar que cada vez que realicemos una flexión del tronco hacia delante bien estabilizada conseguiremos un estiramiento excéntrico de los músculos tónicos posteriores de la pierna al tiempo que mejoramos la movilidad de la cadena. Esto nos hace ver la necesidad de incluir siempre movimientos de flexión dinámicos donde los erectores realicen su función, que no es otra que la de estabilizar evitando la flexión de la columna. Todo esto nos hace ver la poca justificación de su trabajo por debajo de la cadena antagonista.
Por último, debemos tener siempre presente que el objetivo es conseguir involucarlo, integrarlo en movimientos de fuerza y aquí la mayoría de ejercicios tienen como protagonista a la cadena posterior.