El lactato es un derivado del proceso de la glucólisis, mediante el cual nuestro organismo obtiene energía a partir de la glucosa. Durante todo este proceso bioquímico se producen sustancias como el ácido láctico y de éste, otro derivado, cargado de iones positivos, que es el lactato. El lactato por tanto, se considera como un producto final de la glucólisis. Cuanta más energía obtengamos a partir de la glucosa, mayor activación de la glucólisis, más producción de lactato y acumulación de este en sangre, especialmente cuando las demandas de glucosa son tan altas que no puede intervenir el oxígeno y se produce glucosa de manera aneróbica.
¿Lactato y dolor de piernas?
La acumulación de lactato, puesto que su presencia aumenta ante esfuerzos de muy alta intensidad, generalmente por encima de nuestro umbral o como concepto similar, por encima del FTP, se ha asociado durante muchos años atrás al dolor de piernas que se experimenta a estas intensidades. Sin embargo, diversas investigaciones durante la última década han venido a demostrar que el lactato no es el responsable directo del dolor o la pesadez de piernas que experimentamos en fases muy intensas del pedaleo. Ese malestar se asocia a los hidrogeniones (Ión positivo de hidrógeno) que libera el ácido láctico al convertirse en lactato y que acaban por alterar el pH del tejido muscular.
El lactato es tu amigo
El lactato como tal, por tanto, no es el responsable ni del dolor de piernas ni tampoco de la limitación en el rendimiento que supone, sino todo lo contrario. Las mismas investigaciones a las que hemos hecho referencia descubrieron que el lactato puede actuar como otro sustrato energético y por tanto, otra vía por la que el ciclista puede obtener energía, del mismo modo que lo obtiene de las grasas o de los hidratos de carbono.
Esta circunstancia cambia totalmente el rol del lactato, que pasa de ser un enemigo a un amigo en el rendimiento del ciclista, siempre y cuando, se trabaje a las intensidades que lo produzcan y que favorezcan su utilización.
Cuanto más lactato, mejor
En ciclistas que compiten y por tanto que requieren de una importante capacidad de rendimiento por encima del FTP, es importante que el metabolismo pueda generar altas dosis de lactato y al mismo tiempo, poder reutilizarlo para obtener ennergía.
Esa alta producción de lactato, síntoma de una gran activación de la glucólisis anaeróbica, es una buena oportunidad para reutilizar el lactato producido y que contribuya a una mayor producción de energía. En este sentido, resulta clave la función de las mitocondrias, el orgánulo celular dentro del cual ocurren los procesos de obtención de ATP, la molécula que libera energía al músculo.
Entrenar lento, para ir rápido
Los entrenamientos muy aeróbicos, basados en ritmos del 60 al 70 % del FTP o el 65-75% de la FC máxima, son los que más estimulan la generación de nuevas mitocondrias y por tanto, los ritmos más indicados para que desarrollemos la capacidad de reutilizar el lactato que producimos cuando pedaleamos a altas intensidades en energía beneficiosa para el rendimiento. Por ese motivo, el entrenamiento a baja intensidad es una vía interesante para poder soportar mejor, paradójicamente, el más intenso.