Cuando nos aventuramos a comenzar una nueva actividad o disciplina, como persona inexperta y sin ningún tipo de conocimiento sobre la materia, es de agradecer que alguien que ya lo ha probado o practicado anteriormente, nos cuente esos ‘secretillos’ que encierra la primera toma de contacto, para que no nos desilusionemos el primer día.
Eso, precisamente, es lo que vamos a hacer hoy con el PILATES. Todos conocemos los enormes beneficios que conlleva su práctica, pero ¿sabemos realmente a qué nos enfrentamos y cómo debemos actuar el primer día?
Tranquilxs, con estas cinco claves, la primera clase será todo un éxito:
1º. PRESENTACIÓN AL INSTRUCTOR
Tanto si se acude a un centro especializado en un grupo reducido, como si vamos al gimnasio a un grupo más numeroso, es muy importante poner en conocimiento del profesor que es nuestro primer día, así como informarle de cualquier tipo de lesión o patología, si la tenemos.
2º. PUNTUALIDAD
Del punto anterior podemos extraer cómo la impuntualidad puede llegar a ser el peor enemigo del alumno: no sólo como falta de respeto para el resto de compañeros, sino también para con su propio cuerpo y el calentamiento necesario.
Es imprescindible llegar con tiempo, sin prisas, dejando que la mente se vaya aclimatando y focalizando ante la nueva disciplina.
3º. PALABRAS ‘EXTRAÑAS’
Con este punto comprenderemos porque es conveniente llegar con tiempo y con la mente abierta y libre de preocupaciones; escucharemos conceptos como: “conexión escapular”, “pelvis neutra-pelvis imprint”, piernas en “table top”, “the hundred”, “cremallera abdominal”, “powerhouse”…
Al principio, pensaremos: “¿¡Por qué dejé el inglés!?”, pero con la práctica iremos haciendo oído e interiorizando todos los conceptos en nuestro cuerpo.
4º. PACIENCIA
Y es que lo más difícil de la primera clase de pilates, a parte del repaso en anatomía que se llevan los alumnos, es coordinar las instrucciones que se ofrecen e integrarlas en el cuerpo.
El agobio puede ser importante al intentar hacer todo al mismo tiempo. Pero... tranquilxs es una cuestión de tiempo, confianza en unx mismx y paciencia (y algo de fe) porque entre la 3ª y la 5ª sesión las sensaciones van cambiando y la experiencia se torna muy positiva. El cuerpo mismo te dará su ok, así que ¡a por ello!
5º. RESPIRACIÓN TORÁCICA / COSTAL
Respirar, se respira… pero en pilates se hace de una forma diferente a la respiración natural u orgánica que nos mantiene con vida.
La respiración con la que trabaja el método Pilates es una respiración torácica o costal:
- En la inhalación POR LA NARIZ: se lleva el aire a la caja torácica, notando cómo se expanden las costillas y se sujeta el abdomen ligeramente.
- En la exhalación POR LA BOCA: sentimos cómo activamos lo que a partir de ahora conoceremos como "cremallera abdominal", que va desde el suelo pélvico hasta la base de las costillas.
Puede que en la primera clase, al no estar acostumbrados y querer seguir cada movimiento con la respiración que se pauta, haya sensación de mareo por hiperventilación, nada grave… el suelo siempre estará disponible para descansar cuando lo necesitemos.
Lo más importante es tomar consciencia de la respiración, notar los cambios que produce desde dentro hacia fuera y como todo en la vida... es cuestión de PRÁCTICA, luego más PRÁCTICA y finalmente con un poco más de PRÁCTICA.
Como decía el propio Joseph Pilates:
Con diez sesiones, sentirás la diferencia.
Con veinte, verás la diferencia.
Con treinta, tu cuerpo será completamente diferente.
¡Mucha suerte y enhorabuena por empezar esta apasionante aventura con tu cuerpo!