Nutrición y deporte

¿Por qué engordamos en invierno?

Muchas personas ganan peso cuando llega el frío, la explicación puede estar en la supervivencia de nuestros ancestros

Yolanda Vázquez Mazariego

4 minutos

¿Por qué comemos más en otoño?

Por estas épocas me llegan alguna consulta de este tipo: "Hola Yolanda, ahora que llega el frío y los días se acortan me cuesta mucho no atiborrarme de pasta y dulce por la noche y a pesar de que sigo entrenando mucho para triatlón, cada otoño engordo lo que he adelgazado en verano, y llego a primavera con unos 5 kilos de más, algún año he engordado más". ¿Por qué me pasa y qué puedo hacer para evitarlo? Triatleta Cántabro

¿Os suena? Pues a mí sí, porque también me pasa, desde que era pequeña, siempre he tenido una talla menos en verano y una más en invierno. Y hace años que descubrí que hiciera lo que hiciera, ni con dietas ni con ejercicio podía evitar empezar a ganar peso al llegar al otoño y llegar a enero, febrero con 5 kilos de más que luego perdia al llegar la primavera. Un ciclo de ganar y perder que parecía ir con las estaciones. Y sí, podía conseguir ganar menos peso haciendo dietas muy estricta en invierno, pero me dejaban con el ánimo por los suelos y sin defensas, me pillaba todas las gripes e infecciones. Así que empecé a buscar si lo que me pasaba tenía alguna explicación, y descubrí que la forma en que evolucionamos como seres humanos, podía explicar esta ganancia de kilos invernales.

Hasta hace unas décadas, los seres humanos hemos vivido sin neveras ni supermercados, pendientes de guardar alimentos de reserva para las épocas de escasez, y el invierno era la peor época para conseguir alimentos. Antes, el frío nos dejaba sin comida, ni frutas ni verduras frescas, algunos animales emigraban o hibernaban, y teníamos poca variedad para comer en la naturaleza, incluso cuando ya eramos agricultores, y podíamos contgar con verduras y hortalizas de invierno, tipo raíz y tubérculos como patatas, zanahorias, calabazas, puerros, coles, repollos, lombardas. algunas bayas. Las setas de otoño nos salvaban hasta que llegaba el frío, y los frutos secos podían aguantar todo el invierno si recolectábamos suficientes. Con la ganadería la cosa mejoró, al menos teníamos carne roja y aves y huevos. Y si vivíamos cerca de la costa, siempre se podía recurrir a la pesca para comer pescados y mariscos. Todo esto nos daba para sobrevivir a la estación fría, pero nunca estaba de más guardar reservas en forma de grasa en nuestro cuerpo para tener a mano, y ya de paso, aislarnos del frío.

¿Por qué comemos más en otoño?

El otoño era la época de guardar en la despensa para el invierno, y de guardar grasas en nuestros 'depósitos de reserva'. Era la época de echar barriga, caderas y muslos para tener asegurada la supervivencia en caso de que el invierno fuera muy duro. La grasa de reserva también era un aislante contra el frío, o era termogénica, un autocalefactor como ocurre con la grasa parda o marrón.

Ahora no necesitamos ni guardar comida en casa ni guardar grasa en nuestro cuerpo como reserva o como aislante, pero... una cosa es lo que necesitamos, y otra es lo que nuestra genética nos ha proporciona para sobrevivir como seres vivos. Apenas hemos evolucionado en los últimos 50.000 años, aunque nuestro entorno haya cambiado radicalmente, y esto hace que ahora en invierno sigamos almacenando grasas, aunque ya no nos haga falta.

**Yo lo llamo el síndrome del ‘oso hibernador’, empezamos a comer más en otoño, alimentos más calóricos, nos movemos menos y vamos ganando kilos sin darnos cuenta. **

¿Por qué comemos más en otoño?

También hay estudios que han encontrado como algunas personas son muy sensibles a las horas de luz solar. La falta de luz al acortarse los días de otoño e invierno, puede provocar una bajada de la serotonina, que puede manifestarse como una sensación de falta de energía y motivación, a veces asociada a ganas de comer más carbohidratos, especialmente dulces por la noche. En los casos graves produce depresión invernal que desaparece al llegar la primavera.

Con voluntad a la hora de escoger los platos y ejercicio constante, poco a poco irás consiguiento el control de tu ‘instinto de hibernación’.

¿Qué podemos hacer para evitar comer más y ganar peso en otoño e invierno Si a ti también te ocurre, puedes hacer dos cosas:

  • Aceptarlo, es un proceso natural, y no pasa nada si no engordas más de 5-6 kilos, y al llegar la primavera pierdes el peso de forma natural, sin esfuerzo.
  • Luchar contra ello, con fuerza de voluntad como Homo sapiens del siglo XXI. Es díficil, pero no imposible, puedes escoger dietas más proteicas, recurrir a sopas y caldos muy nutritivos, y entrenar de forma diferente, más intensidad suele funcionar.
¿Por qué comemos más en otoño?

Si la segunda opción es la tuya... Hay algunos trucos que te pueden ayudar a no engordar en otoño e invierno:

  • Evita comer en tus horas de debilidad: en mi caso por la noche en casa.
  • Funciona bien cenar temprano, de 8 a 9 y ponerte como norma no comer nada después.
  • Si a lo largo del día distribuyes bien los alimentos en 5-7 comidas, empezando con un buen desayuno después de las muchas horas de ayuno nocturno, pasarás menos hambre a lo largo del día y te organizarás mejor la ingesta.
  • Evita comprar los alimentos con más grasas y azúcares refinados, mejor no tener la tentación en casa.
  • Pide ayuda en casa, si no cocinas tú, cuando llega el frío los que cocinan suelen preparar platos más calóricos como sopas, purés y cremas, cocidos, quichés, guisos, etc. El invierno no es tiempo de ensaladas.... es tiempo de horno y puchero, necesitarás un poco de empatía por parte del chef o la chef de tu casa.
¿Por qué comemos más en otoño?

Y así llegarás a la primavera sin curvas en exceso. A mi me cuesta, lo reconozco, pero es cuestión de voluntad, para mi el objetivoes llegar a navidad sin kilos invernales de más, porque en navidad no quiero estar a dieta, y me gusta disfrutar de las fiestas, las comidas familiares y las vacaciones. Es más fácil perder los 2-3 kilos después de las navidades, que ir acumulando kilos en invierno y llegar a primavera con más de 5 kilos. Pero si me pasa, ya sé que es algo natural, no es porque haya dejado de entrenar o de cuidar lo que como. He aprendido a aceptar que mi ropa de invierno es la talla 40 y mi ropa de verano es la talla 38. ¿Y a vosotros os pasa? Si es así ¿Qué hacéis?