Cada vez hay más estudios que demuestran la importancia de dormir bien para mantener la salud y el peso, incluso para adelgazar.
A los deportistas nos cuesta asociar la idea del descanso con perder peso, asociamos instintivamente la inactividad con engordar, ya que mientras duermes no haces nada, y no 'quemas' calorías, pero nada es lo que parece, y en cuestión de adelgazar, cada vez salen menos las cuentas y 2 2 no da 4.
En cuestión de sueño y peso, las investigaciones han demostrado que la calidad de sueño influye en nuestro peso, y que dormir mal o pocas horas es un factor de riesgo no sólo para la salud, asociado a enfermedades cardiovasculares, diabetes, y también a obesidad.
¿Por qué la falta de horas de sueño afecta a la hora de perder peso? Pues porque dormir mal o no descansar afecta a nuestras decisiones a lo largo del día, y hace que escojamos alimentos con mayor contenido en calorías, grasas, sal, azúcares refinados, etc. Y al final del día, el cansancio no sólo ha hecho que comamos más y peor, también que no vayamos a entrenar y acabemos viendo la tele en el sofá, con el helado de chocolate en la mano... y muertos de sueño.
En cambio, cuando tenemos una noche de sueño reparador y nos levantamos descansados, somos capaces de tomar mejores decisiones y comer alimentos saludables a lo largo del día. Empezamos con un buen desayuno, nos hidratamos mejor, entrenamos con energía e inteligencia y llegamos a casa con la sensación del deber cumplido, después de un día intenso en el trabajo, la casa, los entrenamientos, pero con el estómago lleno de alimentos ricos en vitaminas y minerales, agua y fibra y sin haber pasado por la máquina de aperitivos del trabajo. Así que en vez de cenar cualquier cosa y malgastar el tiempo en la tele, cenamos bien mientras nos relacionamos con la familia y nos vamos a dormir a nuestra hora con una sonrisa en la boca. Dispuestos a soñar con esa carrera que entrenamos, ese reto deportivo o con ese cuerpo serrano que esperamos conseguir a base de sentadillas y spinning, todo es posible.
Al final, el secreto para adelgazar no está en comer menos, sino en conseguir un buen equilibrio en la vida: comer bien, realizar ejercicio físico de forma habitual, dormir mejor y tener una actitud positiva para enfrentarnos a los problemas de cada día, que no podemos evitarlos pero si superarlos.
Dormir bien es un lujo al alcance de todos, no lo desestimes ni pienses que es una pérdida de tiempo, dedica entre 7 y 9 horas al descanso diario y disfruta de la siesta cuando no puedas llegar a dormir las horas nocturnas que necesites. Y si estás pasando una temporada de insomnio o duermes mal, te despiertas frecuentemente, te levantas con sensación de cansancio a pesar da haber dormido suficientes horas, tienes pesadillas, etc. Acude al especialista, tus horas de sueño no son sólo una cuestión de kilos, también son horas de vida.
Los adolescentes que dormían más de 8 horas cada noche escogían más alimentos saludables, en cambio, aunque pocos llegaban a la recomendación de entre 9 y 10 horas de sueño nocturno recomendadas para adolescentes por la Academia Americana de Pediatría.
La adolescencia es un periodo crítico en la creación de hábitos saludables para toda la vida, es el primer momento de nuestra vida en que empezamos a tomar elecciones y sentimos que tenemos cierto control sobre nuestra vida. Por eso este estudio me parece muy importante, si conseguimos que los adolescentes asocien dormir con comer bien y perder peso, ellos mismos serán los que se ocupen de ir a la cama más temprano para conseguir esos abdominales marcados o ese cuerpo bikini que obsesiona a más de uno o una, que ya van al gimnasio pero siguen pernoctando hasta la madrugada y comiendo hamburguesas y refrescos cada fin de semana.