Ahora que ha llegado el frío podemos utilizar los remedios de nuestros abuelos para protegernos de las gripes y catarros y cuidarnos mejor este invierno.
Antiguamente, si caías con gripe había que aguantarse y si te lo podías permitir, meterte en la cama y sudar la fiebre con la bolsa de agua caliente y los caldos hechos a fuego lento. No había antibióticos, recetas, médicos ni farmacias disponibles, así que las gripes se pasaban como me decía un profesor de la la Facultad de Medicina:
"Para curar una gripe, puedes quedarte en cama con sopas calientes durante 7 días, o tomar anti-gripales durante 1 semana."
Vamos, que la gripe tiene un proceso natural de curación, y cuando la pillas, más te vale cuidarte, porque no hay atajos. Sólo te puedes engañar para no sentir el dolor o malestar, tomando un analgésico, pero la infección sigue su curso y a veces es mejor sentir el malestar y meterse en la cama, que ignorarlo y seguir con la vida de ‘alta velocidad’ que llevamos, y que puede alargar una gripe o dejarnos sin defensas para todo el invierno.
Anti-gripales de las abuelas
Aquí os dejo unos cuantos remedios tradicionales para prevenir y curar gripes y resfriados. Seguro que has oído muchos, son clásicos con el sello ‘made in Spain’ de la ‘buena abuela’, pero otros te sonarán extraños, porque los he aprendido de ‘abuelas exóticas’, y también funcionan, aunque cueste un poco más encontrar los ingredientes en el mercado.
1. Los poderes de la sopa de pollo. La receta tradicional de sopa de pollo depende de cada abuela y cambia en cada lugar del mundo, pero siempre contiene pollo troceado con su piel y huesos y hortalizas de invierno. Ya en el siglo XII, el médico judío Maimónides recomendaba caldo de pollo para el resfriado común, y según varios estudios científicos, iba bien encaminado. ¿Qué hace el caldo de pollo? Por un lado, la piel de pollo es rica en el aminoácido cisteína, base de los antimucolíticos de acetilcisteina para aliviar la congestión nasal y fluidificar la mucosidad, y al hervir el pollo durante un tiempo prolongado, facilitamos la liberación de este aminoácido. En otros estudios como en del Centro Médico de la Universidad de Nebraska (EE UU) se ha encontrado que el caldo de pollo contiene sustancias que facilitan la liberación de las células de defensa que acuden a los lugares infectados y liberan enzimas que destruyen virus y bacterias. Además, la sopa o caldo de pollo también contiene vegetales con propiedades medicinales como las cebollas, nabos, zanahorias, ajo, perejil, apio, etc. Y en muchos sitios se le añade pimienta picante, creando una mezcla que aúna los beneficios de todos los ingredientes, en un formato fácil de digerir como es un caldo y que se toma caliente, hidratando, nutriendo y templando al cuerpo.
3. Jengibre y limón. Sí, soy muy insistente (pesada me llaman en casa) pero ya sean en su versión cruda en raíz y corteza natural o en infusión, el tándem de raíz de jengibre y limón funciona muy bien para las gripes y catarros. Ambos son antiinflamatorios y antisépticos, y te ayudan tanto a prevenir las infecciones como a aliviar los síntomas cuando ya has caído. Para prevenir la gripe, debes tomar cada mañana, una rodaja de raíz de jengibre orgánica fresca, sin pelar y el zumo de 1 limón. Y si ya notas congestión, mastica la raíz de jengibre, ¡el alivio es tan inmediato como el picor que produce! También funcionan muy bien en infusión, dejando la raíz fresca rallada con la corteza de limón orgánico hervir unos minutos, para dejar reposar otros 10 minutos y colar. Tiene mejor sabor y pasa mejor que en fresco, a los niños les gusta mucho.
5. Hazte una Bomba antigripal con: Ajo, Miel y Zumo de Limón. Es un remedio fuerte, no apto para estómagos delicados, pero tiene un efecto antiviral y antibacteriano muy potente, y es que aúna las propiedades del ajo como antiséptico, el limón como antiinflamatorio y la miel como fluidificante. Se hace machacando 2-3 dientes de ajo en un par de cucharadas de miel caliente, a las que añadimos el zumo de limón recién exprimido. Se toma a cucharaditas y en caliente y el efecto se empieza a notar en la boca, donde explota el fuerte sabor del ajo e y nos deja el regusto que va pasando poco a poco a la garganta, los pulmones y hasta se puede sentir cuando llega al estómago, pero no te preocupes porque tiene digestión intensa. A las pocas horas, notarás que el sudor empieza a oler a ajo, señal de que la ‘bomba’ se está extendiendo por todo el cuerpo y está eliminando la infección y las toxinas. Repite la dosis cada 6 horas, como si fuera un antibiótico, y en 2-3 días notarás que has salido reforzado de la gripe o catarro, aunque tu ropa de cama, de deporte y de vestir tenga que pasar por la lavadora para eliminar el olor a ajo.
6. Mantén calientes cabeza y extremidades. Ya sabes que perdemos gran parte del calor corporal por la cabeza y las extremidades, pero al final invertimos más en un abrigo en invierno, o en diferentes ‘capas’ para salir a la calle o a hacer deporte cuando hace frío. Pues no te olvides de llevar siempre unos buenos guantes, una bufando o braga para el cuello y un gorro, tanto para salir como para hacer deporte. Comprobarás que tu cuerpo mantiene mejor la temperatura, especialmente cuando sales a correr, aunque vayas de ‘corto’. Así no sólo previenes las infecciones, también te encuentras mejor cuando han empezado los primeros síntomas. Otro truco de abuela es ponerse calcetines de algodón para dormir, y hay estudios que demuestran que las personas que duermen con calcetines tienen menos gripes y resfriados a lo largo del año que las que duermen con los pies desnudos .
7. Cebolla para la tos. La cebolla que nos hace llorar cuando la cortamos en la cocina, también hace que los mocos se fluidifiquen en la nariz, pulmones y vías respiratorias. En el 200, el investigador japonés Shinsuke Imai, descubrió que al cortar la cebolla se liberaban las sustancias contenidas en el interior de las células y entraban en contacto con el aire. Entre ellas está la enzima “factor lacrimal sintasa" que transforma aminoácidos celulares en otros productos y en el proceso se genera una sustancia volátil, llamada Sin-Propantial-S-óxido, que es rica en azufre y volátil, y al final es la responsable de la irritación ocular y del lagrimeo. Aunque nuestras abuelas desconocían los estudios del japonés y los complejos nombres químicos, si sabían que si hay tos y mocos, es bueno dejar una cebolla cortada cerca de donde trabajamos o en la almohada, y que hervir la cebolla en agua con miel para hacer un jarabe espeso, ayuda también para dejar de toser y eliminar mucosidades.
8. Comida picante para la congestión. Cualquier condimento, especia o comida que pique, no sólo aumenta la temperatura corporal, calentando el cuerpo y ayudando a eliminar las bacterias como hace la fiebre, también ayuda a eliminar la congestión nasal y eliminar las flemas, abriendo las vías respiratorias. Los picantes que provienen de los pimientos como el chile, cayena, pimentón, etc. contienen capsaicina, con efecto termogénico y antiséptico, pero hay otros tipos de picantes como wasabi, o pasta verde del rábano picante japonés, o el gari o jengibre encurtido del sushi, o la pimienta. Puedes escoger entre diferentes opciones para añadir picante a tu infusión, sopa o batido caliente y ayudar al cuerpo a eliminar la infección y mantener la temperatura corporal.
Receta: Se puede hacer ‘golden milk’ o leche dorada fácilmente en casa. Basta calentar un vaso de leche de coco con una cucharadita de cúrcuma en polvo y un pellizco de pimienta negra. Remueve para que se disuelva bien sin que llegue a hervir hasta que tenga un color amarillo-dorado. Puedes añadir miel si el sabor te resulta amargo.
10. Zumo de limón. El zumo de limón fresco es ácido por su alto contenido en vitamina C y ácidos frutales, antiinflamatorios y antisépticos que ayudan a eliminar virus y bacterias de las vías respiratorias y digestivas y refuerzan las defensas. Además, el zumo de limón disuelto en agua ayuda a hidratarse, muy importante cuando el cuerpo pierde líquidos por el sudor y la fiebre, que no reponemos porque no hay ganas de comer ni beber. Es muy recomendable que desde el primer síntoma de resfriado o gripe, tengas a mano una botella de vidrio con una limonada casera, hecha con 1 litro de agua o té verde, el zumo de 2 limones, una pizca de bicarbonato sódico, un pellizco de sal marina y una cucharada de miel. Así podrás hidratarte con un extra anti-gripal.
12. Miel. Una cucharada de miel por la mañana en ayunas te ayudan a reforzar las defensas, especialmente la miel de romero. Si ya has caído y empieza la tos, toma dos cucharadas de miel de tomillo, que reducen el dolor e inflamación de garganta y suavizan la tos. Un estudio realizado por la revista ‘Pediatrics’ con niños (mayores de 1 año) a los que se les dio 2 cucharadas de miel antes de dormir, no sólo tosieron menos, además durmieron mejor.
¿Conocéis algún truco de abuela más para combatir la gripe y resfriados? Compártelo con nosotros.
Aquí os dejo un vídeo de Fabrizio Copano para poner un poco de humor, que la risa siempre ha sido una buena terapia para aumentar las defensas.
https://www.youtube.com/watch?v=ObV0M6yumnQ
A riesgo de ser pesada, quiero dejar claro que es MUY IMPORTANTE: si llevas más de 2 días en la cama y no notas mejoría, pide cita a tu médico para que te vea bien, revise que todo sigue su curso ‘normal’ y no hay complicaciones, como que estás estresado o sobreentrenado. Tu médico sabe si hay epidemia o cómo viene la gripe de diferente ese año, últimamente cursa con síntomas de diarrea y dolor de cabeza intenso. Confía en él, o en ella, y que decida el tratamiento, te de las recetas y organice la revisión si es conveniente.