Si vuelvo a la carga es porque Javi ya ha llegado a 2º de Bachillerato, curso en el que ya se pierden esas dos míseras horas que nuestros hijos tienen de lo que antes se llamaba gimnasia que ya quedan reducidas sencillamente a cero.
Vaya por delante que tenemos unos profesionales mejor formados que nunca para la Educación Física y además totalmente vocacionales. Debemos aprovecharles. Yo mantengo que debería haber una hora al día de Educación Física. Si tan grave es la “epidemia” de la obesidad infantil como dicen la cifras que las autoridades anuncian a bombo y platillo , creo que a nadie debe extrañar mi petición. Y a poder ser pediría que no sigan con la tendencia de dar cada vez más teoría en Educación Física. Cierto que el conocimiento nunca ocupa lugar, pero creo que lo prioritario es mover a los chavales, variarles de actividad deportiva para que así haya más opciones de que encuentren una que realmente les enganche.
No creo que nuestros hijos vayan a ser más tontos, ni saber menos de matemáticas o de lengua, por introducir esta hora diaria, pero sí que indudablemente estarán más sanos y que estarán más concentrados y motivados en el resto del horario en el que permanecerán en las aulas.
Y esto sin hablar que el deporte, en esta época en la que están formando su personalidad, aporta mucho más que el estar en forma. Los valores del deporte para mí son claves para tener una sociedad con la mente más limpia.
Mientras mi agradecimiento a las autoridades que dejan en cero la educación física para los chavales que el año que viene serán universitarios. Deben pensar que así ya se acostumbran a lo que se encontrarán allí: que el deporte es algo casi invisible en las Universidades.