Si hay algo que se puede hacer de forma telemática es un mitín político. Nada más sencillo y además seguramente eficaz que hacer un directo en YouTube o en cualquier otra plataforma (que ahora somos todos ya expertos) y que todo el mundo pueda tener acceso a tus argumentos para que voten. Pues resulta que cuando estamos en lo peor de la tercera ola del Covid ayer se informó desde las autoridades catalanas que de cara a las elecciones autonómicas del 14 de febrero estará permitido saltarse el confinamiento municipal en vigor para asistir a mítines electorales en otros municipios.
"La movilidad estará permitida para asistir a mítines", confirmó la portavoz del Govern, Meritxell Budó. Se ajusta a que es prioritario el derecho fundamental a la participación política. Y por supuesto que es importante, como tenemos derecho a la libre circulación y todos hemos entendido que ahora mismo sólo hay un derecho que cuenta: el derecho a la vida. Es imcomprensible que se cierren, por ejemplo, los gimnasios, que son una fuente de salud clave para tener el sistema inmune a tope ante la amenaza del virus, y ahora se dé vía libre para ir a un mítin político que perfectamente se puede hacer telemáticamente sin que se pierda nada de eficacia.
No es cuestión de un partido político o de otro, es un tema del sistema que tenemos, en el que la política se ha convertido en una profesión en la que lo que cuenta sobre todo es el marketing. No es lo que hago, sino lo que digo, cómo lo digo y cuando lo digo.
Hay que decir bien claro que no se ha tenido nada en cuenta los esfuerzos de los centros deportivos para adaptarse al Covid, que apenas ha habido contagios en este entorno. Y que pese a los avisos de los médicos, que han recalcaldo la importancia del ejercicio como medida preventiva ante este temible virus, no se ha puesto en valor por los que mandan a los profesionales de la actividad fisica. Lo hemos dicho muchas veces desde que empezó esta locura hace ya casi un año: el deporte no es el problema, forma parte de la solución. Y es así ahora y más aún cuando consigamos dejar atrás esta pesadilla.