1. Aceite de pescado
Si veraneas en la costa, aumenta la ingesta de pescado y marisco recién cogido. Las grasas en el aceite de pescado, conocidas como ácidos grasos omega-3, no sólo protegen tu corazón y arterias, también activan proteínas en el cuerpo que aumentan la combustión de las grasas para obtener más energía.
2. Granadas
Estas frutas del verano están llenas de antioxidantes, especialmente antocianinas, que protegen tu corazón y ayudan a reducir las células de la grasa, pues según algunos estudios, los adipocitos dejan dec crecer cuando están en presencia de antocianinas.
3. Frutas del bosque
Si vas a la montaña, puedes recoger fresas, frambuesas, moras, arándanos, etc. Aunque también los encontrarás a buen precio en el mercado al llegar el verano. Pon un puñadito cada mañana en tu bol de yogur y frutos secos, o hazte helados y zumos con bayas; porque no sólo contienen antocianinas antioxidantes, también aportan polifenoles que ayudan a reducir la absorción de las grasas y azúcares de los alimentos.