Algunas veces tienes en la despensa la solución a tus problemas. Y otras veces estás perdiendo tiempo, dinero y la oportunidad de aplicar un remedio que de verdad funcione.
- Un vaso de leche antes de dormir: no es milagroso, pero puede ayudarte. La leche contiene el aminoácido (triptófano) que ayuda al cuerpo a producir melatonina, la hormona del sueño. Funciona mejor si se toma la leche templada.
- Vinagre para las quemaduras solares: es verdad que el vinagre funciona como antiséptico natural, alivia el dolor y combate los gérmenes. Además contribuye a equilibrar el PH de nuestra piel, favoreciendo la cicatrización. Puede servir para quemaduras leves. Si las quemaduras son importantes, mejor acude al médico.
- Agua con azúcar para las agujetas: este remedio no puede ayudarte en nada con las agujetas, que son microrroturas musculares que se recuperan con el tiempo y con una rutina progresiva de entrenamientos.
- Miel para el dolor de garganta: Funciona porque la miel tiene propiedades antiinflamatorias, pero sobre todo porque se adhiere a las paredes de la garganta y suaviza el picor.
- Cebolla para la tos: El único beneficio de poner media cebolla en tu mesilla de noche es que te hará llorar y probablemente “moquees”. Eso ayuda a despejar la garganta y alivia la tos. No obstante, para aprovechar de verdad sus propiedades contra el resfriado, es más efectivo comerse la cebolla.