Cuando nuestro tendón se somete a gran presión se inflama provocando dolor. Es una de esas lesiones que se no se pueden obviar. Si no se trata, puede cronificarse y terminar por no dejarte ni caminar. Puede deberse por cambios en la altura del tacón, por una pronación excesiva, por correr muy habitualmente en zonas de pendiente muy elevada (las cuestas pronunciadas nos exigen una mayor tensión en excéntrico) o por un calentamiento insuficiente.
Ante la lesión, lo ideal es tomar medidas lo antes posible. Es el momento de aplicar el DICE.
- D, de descanso. Deja de correr durante una semana. Puedes hacer otros deportes que someta a los pies a tensiones como puede ser la natación.
- I, de Hielo (ice, en inglés): El frío es anti-inflamatorio natural por excelencia. Lo mejor es aplicarlo sobre el tendón después de volver de hacer ejercicio.
- C, de comprensión. Utiliza un vendaje elástico para eliminar cargas
- E, de elevación. Eleva el pie hasta que esté por encima del nivel del corazón, y si es posible, intenta dormir también cumpliendo esta condición. Vas a lograr que se reduzca la inflamación y vas a favorecer el riego y el retorno venoso.
También va a resultar de utilidad un masaje fascial con un roller sobre la parte posterior de la pantorilla, sin olvidar de los isquiotibiales y la fascia plantar.