Hidrata tu piel con una buena crema varias veces al día.
Si no te es posible, hazlo al menos antes de acostarte ya que es por la noche cuando se ponen en marcha sus mecanismos de reparación.
Dúchate con agua tibia (ni demasiado fría ni demasiado caliente)
Además de usar el agua templana, para cuidar tu piel escoge jabones suaves que no dañen la barrera hidrolipídica de la piel y aplica siempre crema hidratante después de ducharte.
Bebe mucha agua
El agua es clave para hidratar tu piel también desde dentro y consume muchas frutas y verduras, que además de contribuir a hidratarte, proporcionan antioxidantes que mejoran el estado de la piel.